Sector del transporte marítimo global acuerda alcanzar la carboneutralidad en 2050

buque portacontenedores
Foto: Pixabay

Los 174 Estados miembros de la Organización Marítima Internacional (OMI), la agencia de la ONU que regula el transporte marítimo, han adoptado este viernes una nueva estrategia de reducción de emisiones con la que se comprometen a alcanzar la neutralidad en carbono «para o en torno a» 2050.

Tras una reunión del Comité de Protección del Medio Marino (MEPC 80) en Londres, el organismo ha anunciado la Estrategia 2023 de la OMI sobre la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero de los buques, que incluye objetivos más ambiciosos que la anterior de 2018.

Además de que la navegación, responsable de casi un 3% de las emisiones globales, logre la carboneutralidad a mediados de este siglo, en el nuevo plan los países se comprometen a garantizar la adopción de combustibles alternativos con «emisiones nulas o casi nulas» para 2030 y a demostrar sus avances en «puntos de control indicativos» para 2030 y 2040.

Pese a la mejora respecto a 2018, varios grupos ecologistas, como Greenpeace u OceanCare, lo han considerado insuficiente para conseguir la meta colectiva de limitar a 1,5 grados el calentamiento del planeta sobre niveles preindustriales.

Las modificaciones respecto al documento anterior son, por ejemplo, un nuevo compromiso para «fortalecer los requisitos de diseño de eficiencia energética para los buques» y «reducir las emisiones de CO2 por trabajo de transporte (distancia multiplicada por la carga), como promedio para todo el transporte marítimo internacional, en al menos un 40% para 2030 frente a 2008», se indica en un comunicado.

La adopción de fuentes de energía, combustibles o tecnologías de emisiones nulas o casi nulas representará, como mínimo, el 5%, con el objetivo de llegar al 10%, de la energía utilizada por el sector marítimo para 2030, dice la nueva estrategia.

El texto conmina a alcanzar el punto máximo de emisiones nocivas «lo antes posible» y llegar a la neutralidad en 2050 «o alrededor de esa fecha», «teniendo en cuenta las diferentes circunstancias nacionales».

En los «puntos de control», la aspiración es que el transporte marítimo reduzca sus emisiones «en al menos un 20%, y se esfuerce por alcanzar el 25%, para 2030, frente a niveles de 2008».

También «reducir el total de las emisiones anuales procedentes del transporte marítimo internacional en al menos un 70%, tratando de alcanzar el 75%, para 2040», frente a 2008.

Los Estados miembros han acordado que, para implementar esta estrategia, se aprueben una norma sobre combustibles para uso marítimo y un mecanismo de tarificación de las emisiones de gases de efecto invernadero.

El secretario general de la OMI, Kitack Lim, ha celebrado que el plan haya contado con el apoyo unánime de los miembros.

La adopción de la Estrategia 2023 «es un acontecimiento monumental para la OMI y abre un nuevo capítulo hacia la descarbonización marítima», ha declarado.

«Esto no es el objetivo final, si no que es en muchos sentidos un punto de partida para la tarea que ha de intensificarse aún más en los años y décadas que tenemos por delante», añade.

Con la Estrategia revisada que se ha acordado, «tenemos una dirección clara, una visión común y unos objetivos ambiciosos que nos guiarán», apunta Lim, para subrayar que es importante asegurar que los países en vías de desarrollo «no se queden atrás».

Los críticos de la estrategia apuntan que esta puede ser difícil de aplicar por la falta de incentivos y mecanismos de control, dado que muchos barcos están registrados en países que no son los propietarios. EFE



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