El Senado de Brasil aprobó un decreto para regular el mercado de apuestas deportivas que establece un impuesto del 12% sobre las ganancias de las empresas del sector y que ahora retornará a la Cámara de Diputados antes de su sanción.
Como el texto original que había sido aprobado inicialmente en la Cámara baja sufrió una modificación por parte de los senadores, el proyecto deberá ser votado nuevamente por los diputados y después remitido al Ejecutivo para su sanción.
La modificación, con 37 votos a favor y 27 en contra, excluyó de la normativa las apuestas virtuales, como los casinos y otros tipos de juegos de azar en Internet, y fijó los impuestos solo para las empresas ‘bets’ que las realizan con actividades deportivas reales.
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En Brasil no son permitidos los casinos ni los juegos de azar reales, por lo que la legislación se reduce solo entonces a las apuestas deportivas.
La propuesta reduce la tasa que estaba vigente, hasta su aprobación por parte del Legislativo, de un 18% sobre la facturación y con la que se tenía una expectativa de recaudar al menos 2.000 millones de reales (400 millones de dólares) este año.
También se tributarán los premios recibidos por el apostante con un 15% – la mitad de lo que pretendía el Gobierno – en concepto de impuesto sobre la renta, respetando la exención a las personas con ingresos de hasta 2.112 reales (unos 422,4 dólares).
En julio, el Ejecutivo también envió al Parlamento un proyecto de ley complementario con mecanismos para fiscalizar la actividad, que se estima que mueve alrededor de 100.000 millones de reales (unos 20.000 millones de dólares) al año en Brasil, según datos del sector.
Lo recaudado, según el Gobierno del presidente Luiz Inácio Lula da Silva, se destinará a las áreas de «seguridad pública y educación básica», mientras que otra parte irá a «clubes deportivos» y «acciones sociales».
EFE