En un nuevo episodio de tensión entre la Casa Blanca y la Reserva Federal, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, confirmó este miércoles que evalúa entre tres y cuatro posibles candidatos para reemplazar a Jerome Powell al frente del banco central, a quien calificó nuevamente como un “terrible” presidente de la Fed.
“Sé dentro de tres o cuatro personas a quién voy a elegir”, declaró Trump a los periodistas durante su participación en la cumbre de la OTAN en La Haya, al ser consultado sobre si ya está entrevistando aspirantes para liderar la institución monetaria más influyente del mundo.
Las declaraciones no solo reavivan la incertidumbre sobre el futuro de la política monetaria estadounidense, sino que también consolidan el estilo intervencionista de Trump en materia económica. Desde su primer mandato, el mandatario ha sido un crítico persistente de Powell, a quien acusa de actuar con lentitud en la reducción de tasas de interés, especialmente en contextos de desaceleración o presión inflacionaria.
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Aunque el mandato de Powell concluye en mayo de 2026, la posibilidad de un relevo anticipado ha ganado fuerza en los círculos financieros, sobre todo tras los recientes comentarios del presidente en su red Truth Social, donde lo llamó “Demasiado Tarde Powell” y lo tildó de “tonto” —aunque, irónicamente, añadió que “le cae bien”.
Entre los nombres que suenan como posibles sucesores figuran economistas con posturas más alineadas con la visión de crecimiento y desregulación que promueve Trump. Uno de los favoritos sería Kevin Warsh, exgobernador de la Fed, quien ha criticado abiertamente la necesidad de aumentar el desempleo para controlar la inflación, calificando esa lógica como una “elección cruel”.
El mercado observa con atención. Un cambio en la presidencia de la Fed podría alterar las expectativas sobre el rumbo de las tasas de interés, la estabilidad del dólar y la trayectoria de la inflación. En un contexto global marcado por tensiones geopolíticas, presiones fiscales y volatilidad financiera, la independencia del banco central vuelve a estar en el centro del debate.
La eventual designación de un nuevo presidente de la Fed no solo tendrá implicaciones para la economía estadounidense, sino también para los flujos de capital, las monedas emergentes y la arquitectura financiera global. Como en otras ocasiones, Trump parece dispuesto a dejar su huella en la política monetaria, incluso si eso implica romper con convenciones institucionales.
Con información de Reuters
