Venezuela: Petróleo y Economía Mundial
José Grasso Vecchio.- Son conocidos los impactos que tiene el petróleo en la economía venezolana. En primer lugar destaca la extracción del crudo y toda la cadena de valor que en ella se genera en actividades tales como la construcción, los servicios entre otros sectores. En segundo término, los ingresos fiscales que representan aproximadamente la mitad del total recaudado y finalmente, la actividad de refinación que permite obtener combustibles y otros productos para el transporte y la industria manufacturera, a lo que se agrega la petroquímica y la transformación del gas en productos finales, especialmente fertilizantes y plásticos
Ahora bien, los ingresos fiscales petroleros se conforman por la acción de dos variables: la cantidad exportada y los precios y éstos a su vez se determinan en el mercado internacional, donde el balance entre oferta y demanda de hidrocarburos más factores geopolíticos, acaban reflejándose en las cotizaciones del petróleo. Ello sugiere que para Venezuela, las exportaciones es el factor bajo su control, dada la naturaleza del sistema de fijación de precios.
El comportamiento de la producción de bienes y servicios resulta clave para entender las tendencias de los precios más allá de sus fluctuaciones de corto plazo. Por tanto, a mayor ritmo de actividad económica, mayor será la demanda de energía Actualmente, hay un desbalance marcado por una oferta mundial de petróleo de 101.800.000 barriles diarios en tanto que la demanda se estima en 103.000.000 barriles diarios y para 2024 las agencias especializadas consideran que se sumarán al menos 2.000.000 de barriles diarios al consumo en un contexto de restricciones para el crecimiento de la oferta, por la política seguida por Arabia Saudita de recortar la producción para apuntalar los precios.
Aunque según el FMI la economía mundial tendrá una leve caída, al pasar el PIB de crecer 3,0% en 2023 a 2,9% en 2024, la gran incógnita es China por un conjunto de factores que están afectando su crecimiento, a saber, la declinación de la población, la crisis del sector inmobiliario, la caída de la inversión extranjera luego de las políticas restrictivas hacia los capitales foráneos y la elevada morosidad bancaria. Es más, muchos analistas están previendo que China puede entrar en una situación de deflación y obviamente estancamiento, tal como sucedió con Japón en la década de los noventa. En Estados Unidos se anticipa que en el cuarto trimestre de 2023 la economía crezca 2%, menos de la mitad del sólido 4,9% del tercer trimestre.
Al observar la trayectoria de los precios petroleros durante 2023, se aprecia que al 21 de noviembre el precio del marcador WTI se situó en US$ 77 por barril, inferior a los US$ 80 del cierre de diciembre de 2022, no obstante los recortes de producción acordados por la OPEP más Rusia vigentes desde mayo hasta diciembre de 2023 a lo que se suma el conflicto de Gaza. Ello sugiere cierta resistencia de los mercados a tener una visión más favorable sobre el mercado petrolero internacional que pueda ayudar los precios.
Para Venezuela, sin ninguna duda, su mejor estrategia es procurar por todos los medios de levantar la producción y consecuentemente sus exportaciones para aprovechar precios todavía favorables, para lo cual resultan fundamentales la flexibilización de las sanciones. En realidad, es a partir de mediados de 2024 donde se espera que la producción aumente de manera importante. En estas condiciones y sin las sanciones al BCV, el flujo de divisas petroleras puede mejorar apreciablemente, por la vía de los mayores ingresos fiscales y mover una economía que a lo largo de 2023 se ha ralentizado respecto al comportamiento favorable que tuvo en 2022. Pienso, que estamos ante un nuevo escenario y una nueva oportunidad para Venezuela, de un adicional incremento de sus ingresos petroleros y que se reactive la economía en el 2024.
En lo económico es vital, aumentar la producción petrolera y con ello mejorar el flujo de ingresos fiscales y de divisas. En diversas oportunidades he señalado que las sanciones han terminado perjudicando a los venezolanos. Es justo que se logre una mayor flexibilización y eliminación de las sanciones. En concreto todo este panorama, representa una mejora en nuestras proyecciones económicas del año 2024, año en el que podríamos llegar a tener un crecimiento económico no menor del 8%.
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Abogado Universidad Católica Andrés Bello. Master en Derecho Comparado Southern Methodist University Dallas Texas; Advanced Management for Bankers Wharton School en Philadelphia. Inició su carrera bancaria en 1976, con más de 40 años de experiencia bancaria. Ha ocupado diversos cargos gerenciales y de dirección en importantes instituciones. Fundador y presidente ejecutivo de la Asociación Venezolana para el Síndrome de Down. Dictó clases de pregrado y postgrado en áreas de finanzas y banca en las principales Universidades del país.
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