Reciprocidad empresarial en la educación

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Daniel RussoDaniel Russo V.- Uno de los fundamentos del crecimiento corporativo es el nivel educativo de la estructura laboral. Alrededor del mundo son muchas las pequeñas, medianas y grandes compañías que han aportado al soporte profesional de su nómina por una u otra vía.

Hemos visto en las últimas semanas noticias de mega empresas estadounidenses que han decidido colaborar con la educación del personal que labora para ellas. Son poseedoras de marcas establecidas desde hace años y tienen centenares de miles de empleados como por ejemplo Walmart (NYSE: WMT) y Target (NYSE: TGT).

Los anuncios hechos recientemente detallan que dichas compañías empezarán a pagar la matrícula universitaria y los libros de texto de sus colaboradores, tanto los que laboran a tiempo parcial como a tiempo completo, para que asistan a determinadas escuelas e instituciones. De hecho alguna de ellas pagaría también cursos, certificaciones y maestrías, entre otras especializaciones, incluso a quienes estuviesen recién incorporándose a su plantilla.

Los momentos que estamos viviendo son complejos. Ubicar personal calificado, que permanezca en la compañía a largo plazo, entregados y confiables, se ha convertido en un reto tremendo para las empresas. La idea de implementar esos beneficios es atraer y retener a los talentos en un mercado laboral cada día más ajustado. Las marcas bien lo entienden y están haciendo todo lo posible por no solamente tener responsabilidades con sus consumidores y hacia afuera, sino también con sus recursos propios.

Walmart, por ejemplo, tiene más de un millón de empleados a lo largo de todas sus tiendas (incluyendo su filial Sam’s Club), y habla de invertir más de mil millones de dólares durante los siguientes cinco años. Estos niveles de inversión son impresionantes, ciertamente los estados financieros de esas compañías los pueden soportar, pero más allá de eso su retorno se verá en una retención de talento y fidelidad a las marcas a largo plazo.

Mucho se ha criticado acerca de los bajos niveles salariales de ese tipo de empresas, las cuales pagan por hora mínimos que se ajustan a la legalidad, pero poco más que eso hacían por sus colaboradores en cuanto a ingresos se refiere. Eso es al menos de lo que se quejaban muchos de ellos. En los últimos meses han ido incrementando esos mínimos, ajustándose a nuevas realidades. Y ahora vemos como incluso lanzan estos beneficios de pagos de matrículas y gastos educativos para su personal, sobre todo bajo la idea de hacerles la vida más fácil al lograr apoyarles en alcanzar sus objetivos personales y profesionales.

Las mencionadas iniciativas en estas y otras empresas no son cosa nueva, sin embargo se están acelerando y ampliando dadas las complejas situaciones laborales que se han producido desde, e incluso antes, de la pandemia. En países del continente europeo y unos pocos del asiático existen algunos otros ejemplos que podemos ubicar para engrosar esa lista, esperando crezca cada día más y podamos también en nuestras latitudes tener suficientes evidencias de empresas y sus marcas haciendo cada día más por sus empleados.

Es con impulsos como éstos, que el valor de las marcas crece cada día más y que el impacto que tienen en los consumidores y la sociedad es cada vez mayor. Son acciones que vale la pena seguir cultivando para mejorar cada día más este mundo en el que habitamos.

 

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