El Banco Central de Brasil decidió este miércoles mantener, por séptima vez consecutiva, las tasas de interés en el 13,75%, su nivel más alto desde 2016, y pidió «paciencia y serenidad» frente a las declaraciones del Gobierno a favor de una reducción.
La institución, presidida por Roberto Campos Neto, señaló en un comunicado que, pese a la menor inflación registrada en los últimos meses, se anticipa una subida de precios en el segundo semestre del año y destacó que varios indicadores se mantienen por encima de la meta del banco.
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Según las proyecciones del escenario de referencia del Banco, la inflación cerraría 2023 con un 5% y en 2024, con un 3,4%.
Entre los riesgos, el Banco Central destaca presiones inflacionarias a escala global y la «incertidumbre» sobre el diseño final de la reforma fiscal, pendiente de aprobación en el Senado.
En este contexto, la institución afirmó que «perseverará» en la política monetaria actual hasta que «se consolide» el proceso de desinflación y las expectativas de precios se sitúen en torno a las metas del banco.
En cuanto a una posible reducción de tasas la institución declaró que la coyuntura demanda «paciencia y serenidad» y afirmó que los pasos futuros «dependerán de la evolución de la dinámica inflacionaria».
Con esta decisión, el Banco Central resiste las presiones del Gobierno brasileño, que reclama desde inicios de año una reducción de los tasas de interés, al considerar que su mantenimiento encarece la financiación del sector empresarial y entorpece el crecimiento económico.
El presidente Luiz Inácio Lula da Silva volvió a cargar este lunes contra la institución y declaró que Campos Neto «necesita explicar al pueblo brasileño y al Senado que lo eligió porque mantiene esos tipos de interés para un país con una inflación anual del 5%».
Las críticas del Gobierno han dividido a los analistas entre aquellos que apoyan los argumentos oficiales y aquellos que defienden la importancia de respetar la autonomía de la institución para garantizar la estabilidad en los mercados financieros.
EFE