El reinicio de Venezuela
Alex Vallenilla.- No hay otro país en el mundo que se beneficie más de la crisis que se desarrolla en el Medio Oriente, que Estados Unidos. Actualmente, en el mundo hay una guerra entre el dólar y el petróleo. Mientras no exista paz en esa región, el petrodólar siempre será posible. Pero un mundo diseñado de esa manera, requiere una Venezuela bajo el esquema de los 100 años petroleros del siglo pasado.
No es una Venezuela en un mundo bajo la visión de Barack Obama o de Donald Trump. Tampoco bajo la visión chavista. Sin embargo, hay enormes desafíos globales y una reconfiguración, que son los que están causando los grandes conflictos que hoy se observan. Y en este país, se está sintiendo los efectos.
La Venezuela petrolera del siglo pasado, fue una clave para Estados Unidos y los aliados en la Segunda Guerra Mundial. Mientras Rusia era atacada por Alemania, desde Venezuela fluyó el hidrocarburo, sin mayores altercados.
Finalizada la guerra, Occidente diseña el Medio Oriente. El petrodólar es posible gracias a que Estados Unidos y Arabia Saudita hacen un pacto. Los norteamericanos brindan protección militar a los árabes y estos, a cambio, se comprometen a vender al mundo entero, el petróleo en dólares y mantener sus reservas en bonos del Tesoro. Esto convierte al dólar en la moneda de reserva desde entonces. Todo país que quiera comprar petróleo, antes debe comprar dólares.
Experimentos fallidos
Cuando se desata la explotación de petróleo de esquistos en Estados Unidos, se requería precios altos, para poder sostener las operaciones, debido a los costos. Obama ofreció a China, en 2014, el petróleo norteamericano y que fuese desplazado del mundo el uso del petróleo pesado y extra pesado, por razones ambientales. Eso era una sentencia contra la producción petrolera venezolana. Además, para producir también una subida del precio del petróleo, tenía que desplazar países de la OPEP. Entonces ocurre la intervención militar de Libia, las sanciones a Irán por el tema nuclear, y el colapso de la industria petrolera de Venezuela bajo la gestión de Rafael Ramírez. Esos eventos sacan millones de barriles del mercado, que los norteamericanos proponen suplir con el esquisto.
Donald Trump llega al poder. Un “american first”, que no coincide con los “halcones”, decide meter a Estados Unidos por una ruta distinta. Plantea retirarse del mundo. Comienza retirando tropas de Afganistán y a reducir el gasto para sostener a la OTAN. Propone mantenerse cerca de los rusos y así evitar que estos, terminen aliados con China.
Sale Trump y regresan los “halcones”. Uno de los grandes errores de la gestión Biden, basado en la aplicación de las sanciones, política que comenzó a implementar Obama, es haber lanzado a Rusia a los brazos de China. Mucho fue advertido por Henry Kissinger, cuando evitaron en su época, incorporar a Ucrania a la OTAN. Los chinos, que desarrollan todo un proceso de des-dolarización de Asia, debido a las sanciones, logran sentar en una mesa de negociaciones a los sauditas y a los iraníes, para lograr un acuerdo de paz.
Por otra parte, la corriente anterior de gobierno de Estados Unidos, promovía un acuerdo de paz entre Arabia Saudita e Israel. Este último tenía como propósito construir un corredor comercial para evitar el transporte de petróleo por el estrecho de Ormuz. De esa manera, disminuir las ventajas geopolíticas de Irán. Pero lo sauditas acaban de anunciar que ya no será posible, debido a los ataques de Israel a la Franja de Gaza.
Volver a comenzar
Si en el Medio Oriente se alcanza la paz total, entonces las amenazas contra Arabia Saudita se reducen o casi desaparecen. Si ya no tiene estás amenazas, entonces no necesita de la protección militar estadounidense. Esto le permitiría librarse del petrodólar, ya que no estaría obligado a vender el petróleo denominado en dólares.
Todos esos eventos afectan lo que está ocurriendo en Venezuela.
Para el Washington actual, es necesario que haya conflicto en el Medio Oriente porque eso aleja nuevamente a Arabia Saudita de los chinos. Considerando que los “halcones” ya son conscientes del error de haber propiciado que Rusia terminara aliada con China, ahora hay un giro, para evitar que los árabes hagan lo mismo, aunque hayan dado pasos importantes en ese sentido.
Se convirtió en una prioridad, volver a restituir a Venezuela, ya que el conflicto en Medio Oriente, impacta el precio del petróleo al alza. Cuando el mundo estuvo en una guerra, Venezuela fue una clave para que no ocurriera así. Es decir, ese es el costo de evitar que el petrodólar desaparezca definitivamente.
Entonces el mundo tendría que ir a la anterior configuración. En que aquella Venezuela petrolera y de bonanza, tendrá que ser reconstruida. Para que el flujo petrolero sea estable y seguro, este país también tendrá que serlo. Esta semana, hubo noticias al respecto y es que buena parte del bitumen que China se estaba llevando de Venezuela con enormes descuentos, ahora se comienza a enviar a Estados Unidos, a precios mejores. ¿Empezó el reinicio?
Adaptarse para sobrevivir
Dentro de esa visión, el chavismo-madurísimo, que controla el poder en Caracas, también tendrá que dar pasos nuevos y profundizar la acción pragmática, para poder acoplarse a lo que ahora es un proceso que lideran los norteamericanos, para tratar de evitar el colapso total del dólar, por lo menos en Occidente.
Para China eso no está mal. Porque se deja una puerta de salida a los norteamericanos en su hemisferio. Necesaria para más adelante construir nuevas negociaciones y evitar confrontaciones directas u obligar a Washington a radicalizarse.
Recientemente, se pudo ver cómo pareciera estar dándose pasos en ese sentido. La semana previa a las elecciones primarias de un sector de oposición, en Venezuela se produjo una firma de acuerdos, aunque “acuerdo” entre comillas. Washington otorgó licencias de las sanciones petroleras y financieras a Venezuela. Esto significa echar para atrás, aquella política de Obama, que radicalizó Trump. Aunque este sector demócrata ha sido criticado por algunos sectores republicanos, estos explican que se trata de un “acuerdo” entre el gobierno venezolano y los factores de oposición. Opositores que sin duda obedecen a la línea de Washington y existen poderosas razones para que lo hagan. Pero este es otro tema y se abordará en un próximo artículo.
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Periodista egresado de la Universidad Católica Cecilio Acosta. Ha sido periodista para la fuente de economía de El Nuevo País y Zeta. Ha sido profesor invitado en la Universidad de Los Andes y profesor en la Universidad Santa María Núcleo Oriente. Entusiasta de la tecnología blockchain y las criptomonedas.