¿Es factible la dolarización en Venezuela?

José Grasso VecchioJosé Grasso Vecchio.- Siempre hay que tener mucho cuidado con  las salidas fáciles a problemas difíciles. Y ese es el caso de la dolarización, me refiero a la tentación para las economías afectadas por hiperinflaciones o inflaciones altas. Aunque la dolarización tampoco califica como salida fácil a problemas difíciles, ya que es un tema muy complejo pero y que deja secuelas. Hay países que acabaron con la inflación usando una mezcla de política cambiaria, fiscal y monetaria sin que tuviesen que recurrir a la sustitución de la moneda nacional por el dólar. Esos fueron los casos de Israel, Perú, Bolivia, Brasil, en los años ochenta y noventa, entre otros ejemplos en los cuales los planes antiinflacionarios tuvieron éxito y no se terminó adoptando monedas diferentes a las que se tenían antes de los episodios de hiperinflación o elevada inflación. Ciertamente, ello fue distinto del caso de Ecuador, en el cual en medio de una crisis económica y política sin precedentes se implementó la dolarización en enero de 2000, porque una cosa es dolarizarse formalmente y otra distinta dolarizarse de hecho.

El gran argumento para que una economía se dolarice reside en el concepto, que ocurre un mejor manejo de la moneda y evita  la dinámica inflacionaria que lleva al colapso de dicha moneda al perderse sus atributos como medio de cambio, unidad de cuenta y reserva de valor. Por tanto, en ese caso según los partidarios de la dolarización, lo procedente es abdicar del uso del monopolio de la emisión que implica tener moneda y hacer cargo de los asuntos monetarios al banco central de Estados Unidos, llamado la Reserva Federal. En este caso, la inflación se reduce inmediatamente por que se corta en seco la generación de dinero sin respaldo.

No obstante, esto que luce tan atractivo encierra un conjunto de dificultades En primer lugar, hay países que tienen una tasa de inflación similar o mejor a la de Estados Unidos y tienen su propia moneda, lo que remite al hecho de una buena gestión de la política fiscal y monetaria. Segundo, dolarizar implica comprar dólares a Estados Unidos mediante la exportación de bienes o de servicios o también con la entrada de capitales. Es decir, estamos comprando billetes de cero costos de impresión con bienes. En tercer lugar, cuando un país se dolariza, no puede usar la política monetaria para enfrentar una crisis. Ello puede ser una virtud porque no se abusa de la emisión de dinero, pero significa un riesgo enorme. Suponga por un momento un desastre natural o una caída de los precios de un producto fundamental de exportación. Si el país está dolarizado no podrá aplicar una política monetaria contra cíclica para ayudar a la economía. Eso en alguna medida fue lo que no sucedió cuando la pandemia de Covid19 por cuanto los gobiernos recurrieron a la laxitud fiscal y monetaria para hacer frente a la contracción de la economía. Haber estado dolarizado, hubiera imposibilitado esa acción.

En cuarto lugar, si la economía está dolarizada la tasa de interés interna debería ser equivalente a la de Estados Unidos y ello no necesariamente puede ser conveniente porque si la Reserva Federal aumenta la tasa de interés puede que el país dolarizado requeriría una disminución de la misma. Imaginemos que en los últimos 12 meses la Reserva Federal ha aumentado las tasas 9 veces y en parte explica afectaciones a bancos en Estados Unidos y Europa. Finalmente, en Venezuela hay restricciones institucionales tales como lo establecido en la Constitución que ordena que el bolívar sea la moneda nacional y también las sanciones.

Si bien podríamos señalar algunas ventajas de la dolarización, el costo político y social es inmenso. La moneda local es un símbolo de identidad nacional. El país que dolariza su economía abandona la posibilidad de tener un política monetaria y cambiaria autónoma e incluso queda sin oportunidad de recurso al crédito de su banco central para facilitar la liquidez al sistema bancario cuando lo requieran. Es decir, queda sin capacidad para enfrentar choques externos que puedan afectar su estabilidad y crecimiento.

Lo cierto es que no existe una receta rápida, mágica ni milagrosa que resuelva los problemas de la economía. Debemos trabajar en asegurar el equilibrio de todas las variables de la economía y trabajando en ello, para qué necesitamos una dolarización?

No veo factible, ni necesaria una dolarización en nuestro caso. No por casualidad más de 150 países tienen moneda propia.

 

@josegrasso

 

Volver arriba