Es la economía, no la política

Alex VallenillaAlex Vallenilla.- Actualmente, la economía subyuga a la política en Venezuela. En años anteriores, cuando el barril de petróleo superaba los $100, el chavismo de entonces en el poder, lograba que la política subyugara a la economía. Los 10 años durante los cuales, el PIB se desplomó alrededor de 65%, esas condiciones cambiaron.

La semana pasada en Venezuela se produjo un evento político que movió todo el tablero. El gobierno de Estados Unidos y el de Venezuela le dieron otro giro a la tuerca de las negociaciones que emprendieron hace tiempo. Al gobierno de Nicolás Maduro le dieron licencias temporales sobre las sanciones petroleras y financieras.

Se trató de un movimiento abrupto, cuando había estimaciones que ese proceso se hubiese dado de manera progresiva. Esto indica de las graves circunstancias que hay en el entorno global.

El batacazo de las licencias temporales

Para muy pocos venezolanos es entendible los efectos de que ahora Maduro tenga licencias sobre esas sanciones. Hay que aclarar que las sanciones no fueron retiradas, están suspendidas temporalmente. Pero esa suspensión, le brinda a Maduro, un nuevo amplio rango de maniobra. El gobierno tendrá nuevos y mayores ingresos por la vía petrolera. Además, podrá manejar de manera oficial divisas porque el Banco Central de Venezuela también recibió licencias temporales.

A Maduro le llega una nueva oportunidad. Proviene de la crisis económica y geopolítica mundial. Con los nuevos ingresos que comenzará a tener en pocos días, está obligado a reducir buena parte de la mala vida que llevan los venezolanos en diversas materias. Los padecimientos de los ciudadanos venezolanos tienen que ver con sus bajos ingresos salariales, un sistema sanitario con grandes dificultades y falta de dotación. Un sector educativo también con una grave crisis. Además de lo relacionado con los servicios públicos como las fallas de la energía eléctrica y la falta de agua potable. Por igual, el suministro de gasolina y de diésel.

En el marco de las negociaciones citadas, se estableció un plazo. Las próximas elecciones presidenciales del año 2024 serán para el segundo semestre, probablemente para el mes de octubre. Es decir, tanto Maduro como los factores de oposición tienen un año para reorganizarse.

El tiempo comenzó a correr

En lo sucesivo dependerá de lo que hagan ambos bandos. En el escenario de que Maduro logre una rectificación con proporciones medianamente aceptables, y que la oposición no reorganice sus ideas y planteamientos desde el punto de vista de unificación de criterios, el madurismo estaría llevando la ventaja.

Si los nuevos ingresos que tienen no los aprovechan para una rectificación y continúa el despilfarro, corrupción y desviación de recursos por diversos cuadros oficialistas, entonces el mismo gobierno le estaría sirviendo la mesa a los factores de oposición para un cambio, si estos opositores logran unificar criterios.

Si la oposición logra construir un discurso de unificación relacionado con el reclamo reivindicativo, y el oficialismo no logra minimizar los males en que vive la sociedad venezolana, entonces los factores de oposición llevarán la ventaja.

La tiene más fácil la oposición que el oficialismo. Los opositores solamente tienen que construir un pacto y exigir prácticamente un milagro a Maduro: rectificar y demostrarlo con los hechos. En cambio, el gobierno, no la tiene muy clara, porque a pesar de que las licencias otorguen nuevos recursos, la pobreza en que está hundida Venezuela es tal, que un año no es suficiente para enderezar el entuerto económico nacional. Pero sí, para mostrar un nuevo rumbo.

La “unidad”

Hay que aclarar que, a pesar de que el pasado domingo 22 de octubre se produjo la elección de María Corina Machado, como candidata presidencial, eso no garantiza la victoria de ese sector de la oposición. En situaciones anteriores ya ha habido candidatos unitarios, y no obtuvieron un triunfo. Por lo que un candidato unitario no es garantía de un cambio de gobierno. Aunque aquellas derrotas de la oposición, se produjeron en entornos en que el chavismo madurismo no tenía una popularidad tan baja, debido a la crisis económica.

Al señalar sobre la necesidad de unificación de criterios, ello se refiere a que se entró en una nueva fase. A la candidata María Corina Machado le toca lidiar con el tema de la inhabilitación. Pero al mismo tiempo le toca la labor de construir una unificación sólida y conducirla. Sobre el aspecto de las inhabilitaciones no se firmó nada en las negociaciones de Washington y Caracas. Concentrar la narrativa en ello puede llevar a ese sector opositor a la distracción, mientras el tiempo avanza. Pero este es otro asunto.

Los ganadores parciales de este conflicto

Es bien significativo que Washington haya firmado acuerdos con Caracas antes de las «elecciones primarias». En el entorno geopolítico mundial, las tensiones en el Medio Oriente parece que se están acrecentando. Pero también esa acción tiene un poderoso mensaje.

Se puede prever que se avecina un alza del precio del petróleo debido a esta nueva guerra. Washington está enviando flotas hacia el mar Mediterráneo para apoyar a Israel. Esto supone una escalada del conflicto. Precios más altos de petróleo, acercan más a Washington y a Caracas.

También, vienen las elecciones presidenciales de EEUU, y requiere de más petróleo y gasolina, para minimizar el impacto de los precios.

Con la actual crisis en el Medio Oriente, ya hay ganadores indirectos y Maduro es uno de ellos. Al igual que sus aliados de China y Rusia. Si ese conflicto empeora y el precio del petróleo sube, Vladímir Putin tendrá más ingresos. Xi Jinping también tiene sus beneficios, porque al haber una guerra en Europa, otra en el Medio Oriente, difícilmente se abra un tercer frente en China por Taiwan. Y por supuesto, Estados Unidos, que se beneficia con el petrodólar en Arabia Saudita; al haber una guerra en esa región, los sauditas no pueden romper totalmente con Washington, porque existe para ellos la amenaza de Irán e Israel. Eso los obliga a mantener el pacto del petrodólar.

Un aumento en los ingresos de Venezuela, supone entrar en un nuevo ciclo. Un cambio de situaciones y procesos políticos y económicos. Esta nueva etapa puede estar signada de más reformas económicas, de giros políticos reformistas y de una oposición que tendrá que escoger entre un discurso conservador y seguir polarizando o hacer oposición desde una postura progresista y más enfocada a las reivindicaciones sociales, apartándose de propuestas neoliberales.

 

@alexvallenilla

 



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