Los datos mensuales dados a conocer por los países que representan el 80% de la demanda mundial de petróleo confirman la marcada desaceleración del ritmo de crecimiento del consumo de crudo.
Dicha demanda aumentó en 800 mil barriles diarios (b/d), o 0,8%, interanual durante el primer semestre del 2024, informó la Agencia Internacional de la Energía (IEA, por sus siglas en inglés).
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Los analistas del mercado petrolero Ciarán Healy y Alexander Bressers destacan en un artículo publicado en el portal web de la IEA que la reciente desaceleración en China incluso ha sido más aguda de lo esperado: en julio de este año, la demanda de petróleo cayó interanualmente por cuarto mes consecutivo. Al mismo tiempo, el crecimiento fuera de China es, en el mejor de los casos, tibio.
«Este entorno de demanda más débil ha contribuido a impulsar una fuerte ola de ventas en los mercados petroleros. Los futuros del crudo Brent se han desplomado desde un máximo de más de 82 dólares por barril a principios de agosto hasta un mínimo de casi tres años de poco menos de 70 dólares por barril el 11 de septiembre».
Cambio de rumbo
A juicio de los analistas, China ha sido la piedra angular del crecimiento de la demanda mundial de petróleo en lo que va de siglo.
«La dinámica actividad fabril, las enormes inversiones en infraestructura y la creciente prosperidad de una población de más de mil millones de personas han impulsado lo que, en ocasiones, ha parecido una expansión inexorable del consumo de petróleo».
En la última década, el aumento anual de la demanda china de petróleo ha superado en promedio los 600 mil b/d, lo que representa más del 60% del aumento promedio mundial total.
Además, la participación de China en el crecimiento de la demanda mundial se ha ampliado desde la pandemia. Este año, la demanda fuera de China se mantendrá un 0,3% por debajo de los niveles de 2019, pero en China el consumo será un 18% mayor.
La posición excepcional de China en los mercados petroleros mundiales ha sido determinada por su modelo de desarrollo desde fines de la década de 1970, liderado por la inversión y las exportaciones internas, que ha impulsado la demanda de diésel, gasóleo y petroquímicos.
El aumento de la población y la creciente prosperidad han impulsado el uso de combustibles para la movilidad personal, como la gasolina. Sin embargo, los crecientes obstáculos demográficos (la población nacional disminuirá en 2022) limitarán los aumentos futuros. Además, los patrones de inversión están cambiando, de modo que ahora sirven para limitar formas clave de consumo de petróleo.
«La demanda china de petróleo se encuentra actualmente en una firme contracción, cayendo un 1,7%, o 280 mil b/d, interanual en julio, un marcado contraste con el ritmo promedio de crecimiento del 9,6% en 2023. En consecuencia, esperamos un crecimiento anual de solo el 1,1%, o 180 mil b/d, en 2024».
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