La economía de la salud: sobrepeso y perspectivas

Obesidad
Foto: Obesity Canada / Creative Commons

 

Daniel RussoDaniel Russo V.- Si hace un tiempo hubiésemos hablado de Ozempic, Wegovy, Mounjaro y Zepbound, probablemente estaríamos pensando en ciudades del este de Europa o del continente africano.

Hoy por centenares de publicaciones de la industria farmacéutica, estadísticas, reportes de la salud global y muchas otras fuentes, sabemos que son medicamentos relacionados al área del tratamiento de la diabetes, obesidad, sobrepeso y desórdenes alimenticios. Dichas afectaciones se han convertido en un reto global en el ámbito médico, social, económico y cultural. En esta ocasión, más allá de todo lo relacionado, nos enfocamos en la arista económica para dar algunas perspectivas de su impacto.

La Federación Global de la Obesidad (WOF por sus siglas en inglés), estima que en el mundo hay cerca de 3 mil millones de personas que sufren de algún tipo de sobrepeso u obesidad, siendo esta última causante del 5% de las muertes a nivel mundial, según estimaciones de la Organización Mundial de la Salud. La obesidad y lo relacionado a temas del peso, esto definido como “cantidad de grasa excesiva en el cuerpo humano que afecta de una manera u otra a la salud”, alguna vez estuvo visto como un problema individual pero hoy en día se enfoca desde el punto de vista social e involucra gran cantidad de actores.

La demanda de tratamientos para el tema se ha acelerado en los últimos años y si bien la tendencia global es complicada de pronosticar, grandes nombres como Morgan Stanley, Goldman Sachs y The Economist, proyectan que el mercado de las medicinas para el manejo del peso tendrá un valor de entre US$ 70 y 100 mil millones para el 2030, y entendiendo que el tamaño hoy en día es de aproximadamente US$ 4 mil millones, el crecimiento es abrumador.

El Atlas Mundial de la Obesidad (WOA por sus siglas en inglés), estima que los costos totales asociados a la obesidad, tanto relacionados con la atención médica como con la productividad, superarán los 4.3 billones de dólares en todo el mundo para 2035. La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OECD por sus siglas en inglés), estima que la obesidad podría tener un impacto negativo de cerca del 3% en el PIB mundial.

Las cifras son impresionantes, y hay consecuencias de ello:

  • Las enfermedades relacionadas con la obesidad ponen a prueba los sistemas de salud, sobrecargando clínicas, hospitales y centros de tratamiento.
  • Las personas obesas a menudo se enfrentan a una reducción de la productividad laboral.
  • Si bien muchas compañías de salud a nivel global cubren algunos de estos tratamientos, los costos para ellas son importantes y así el impacto en las primas para los usuarios.

La Organización Mundial de la Salud (WHO por sus siglas en inglés), reconoció oficialmente la obesidad como una epidemia mundial en 1997. Los esfuerzos realizados desde entonces podrían calificarse de bien intencionados, pero insuficientes a niveles tanto locales como mundial.

Lo que ha causado la mayor explosión y una nueva perspectiva, es el uso reciente del agonista del receptor del péptido similar al glucagón tipo 1 (por su terminología conocido como GLP-1 en inglés) en tratamiento de la obesidad. Dichos productos se han desarrollado desde hace años e inicialmente estuvieron pensados únicamente para abordar la diabetes tipo 2, y hoy se utilizan para disminuir los niveles de azúcar en la sangre, suprimir el apetito y reducir la ingesta de calorías, pudiendo causar una pérdida de peso significativa en un período corto.

Los principales jugadores en el mercado médico del manejo de la obesidad son Novo Nordisk, Eli Lilly, Pfizer, Boehringer Ingelheim y Roche, entre otros que participan o vienen en camino. Son empresas que han dedicado años al desarrollo e innovación, líderes globales que si bien han hecho grandes esfuerzos en mercadeo y ventas para que sus productos lleguen a los usuarios, sus focos en investigación y desarrollo son de admirar.

Los costos de los tratamientos aún son altos, pueden rondar los varios miles de dólares al año. Por ello deben ser administrados a quien realmente los necesite y con la conciencia suficiente por parte del médico y del paciente de que sean para tratar la salud y no meramente un tema estético.

El mercado del manejo del peso es inmenso. Va desde medicamentos, alimentación, suplementación, gimnasios, cirugías, psicólogos, hasta muchos otros recursos que se buscan para tal fin. Por ello es fundamental, no solo en lo relacionado el tema de su economía sino de su impacto total, lograr un enfoque que incluya:

  • Detección temprana de cualquier desorden y/o tendencia que la persona pueda tener en este sentido.
  • Tratamiento de la salud de manera integral, incorporando ajustes a la alimentación, estilo de vida y otros factores de importancia que se sumen al médico.
  • Búsqueda de enfoques personalizados que den una perspectiva única a cada paciente, que lo traten dentro de su ámbito único para que pueda lograr avances significativos con la menor afectación posible en su salud.
  • Los gobiernos, instituciones y compañías deben tener un rol fundamental en la prevención y tratamiento de los desórdenes relacionados al sobrepeso, ya que sus consecuencias van mucho más allá de lo personal.

La Federación Mundial de la Obesidad (WOF por sus siglas en inglés) presenta cifras en las que se muestra que los temas de sobrepeso afectan actualmente al 40% de la población global, y sus proyecciones son de una afectación del 51% para el 2035. Las Naciones Unidas han abordado este tema, conscientes de que todos los esfuerzos que se realicen son fundamentales pues impactarían positivamente a 13 de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible, incluidos los relacionados con la salud, el cambio climático, la sostenibilidad, la igualdad y la pobreza.

Es fundamental seguir entendiendo este tema. A todos nos afecta de una manera u otra. Es responsabilidad de la humanidad trabajar en pro de la salud global y aportar todo el conocimiento necesario para que vayamos avanzando en positivo hacia una sociedad cada vez más saludable y productiva. Todo esto esperando que, en esta gran carrera contra la obesidad, sean los pacientes los que realmente ganen.

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