Las exigencias de Trump
¿Un equilibrio imposible entre inflación, tasas de interés y petróleo?
El nuevo presidente de Estados Unidos, Donald Trump, llegó con una agenda económica ambiciosa y controvertida. Entre sus principales exigencias se encuentran la reducción del precio del petróleo, el recorte de las tasas de interés y la imposición de aranceles superiores al 25 % a varios países. Sin embargo, estas medidas, aunque aparentemente destinadas a impulsar el crecimiento económico, podrían generar un efecto dominó de consecuencias inflacionarias y contradicciones difíciles de resolver. ¿Es posible lograr este equilibrio, o estamos ante una receta para el desastre económico?
Antes debe recordarse que Trump tiene como finalidad aislar Estados Unidos, ya que es anti globalismo. Es un “American First” con una visión muy particular, lo que pone en riesgo estructuras actuales, que tendrían que ser derrumbadas, para erigir nuevas.
Aranceles e inflación: Un círculo vicioso
La imposición de aranceles de 25 % a varios países es una medida proteccionista que busca fortalecer la industria norteamericana. Sin embargo, esta política tiene un efecto colateral inevitable: la inflación. Los aranceles encarecen los productos importados, lo que se traduce en precios más altos para los consumidores. Si Trump insiste en esta estrategia, la Reserva Federal (FED) se vería en una encrucijada. Reducir las tasas de interés para estimular el crecimiento económico podría exacerbar aún más la inflación, creando un círculo vicioso difícil de controlar.
Uno de los objetivos detrás de los aranceles es fomentar la producción local y reducir la dependencia de las importaciones. Sin embargo, sustituir importaciones no es un proceso rápido ni sencillo. Reconstruir cadenas de suministro, desarrollar infraestructura industrial y capacitar a la fuerza laboral podría tomar años, incluso décadas, dependiendo del sector. Un ejemplo claro de esta complejidad es el retraso en los proyectos para construir fábricas de chips en Estados Unidos. A pesar de los esfuerzos y las inversiones millonarias, estos proyectos se han demorado más de lo esperado debido a desafíos logísticos, regulatorios y de mano de obra especializada. Esto demuestra que la reindustrialización no es una tarea que se pueda resolver de la noche a la mañana.
Trump y el petróleo: ¿Acuerdos con Rusia y Venezuela?
Para reducir el precio del petróleo, Trump podría explorar acuerdos estratégicos con países productores de crudo. Un escenario posible es el fin de la guerra en Ucrania, lo que permitiría flexibilizar las sanciones impuestas a Rusia. Este país, uno de los mayores exportadores de petróleo del mundo, podría aumentar su flujo de crudo al mercado global, ayudando a equilibrar los precios. Sin embargo, esto dependería de un acuerdo político complejo y del levantamiento de sanciones, algo que no está exento de controversia.
Otro actor clave es Venezuela, que posee las reservas petroleras más grandes del mundo y costos operativos extremadamente bajos. Aunque las relaciones entre EE.UU. y Venezuela son tensas, no es descartable que Trump y Nicolás Maduro lleguen a un acuerdo para relajar las sanciones a cambio de un aumento en la producción de petróleo. Este movimiento podría ser beneficioso para ambos países: Venezuela obtendría un respiro económico, mientras que EE.UU. vería una reducción en los precios del crudo. Sin embargo, cualquier acuerdo con el gobierno de Maduro generaría un intenso debate político y ético en Washington.
En entregas anteriores se explicó que solamente el aumento del bombeo puede evitar presiones inflacionarias. Trump acaba de eliminar restricciones ambientales y salió del Acuerdo de París. Esto significa, que en su gestión está claro que va a impulsar el incremento de la oferta petrolera.
Choque de trenes: Trump vs. Powell
El próximo miércoles, la Reserva Federal anunciará su decisión sobre las tasas de interés, en un contexto de tensión creciente entre el Ejecutivo y el banco central. Jerome Powell, presidente de la FED, advirtió en diciembre que el recorte de tasas previsto para 2025 podría ralentizarse, ya que la inflación en EE.UU. (actualmente, en 2,9 %) aún no alcanza la meta del 2 % anual. Al contrario, en los últimos tres meses hay un rebrote inflacionario desde 2,4 %. Esto choca frontalmente con las exigencias de Trump, quien presiona por un recorte drástico e inmediato de las tasas para impulsar el crecimiento económico.
Este desacuerdo podría desencadenar un «choque de trenes» institucional, aumentando la volatilidad en los mercados. De hecho, el índice VIX —conocido como el «indicador del miedo»— ya supera 20 % en las últimas semanas, con picos significativos desde el inicio del nuevo gobierno. Este nivel sugiere que los inversores anticipan turbulencias, especialmente si la FED mantiene su postura cautelosa frente a las presiones políticas de Trump.
Tasas de interés y crecimiento: ¿Un dilema sin solución?
Trump exige repetidamente a la FED para que recorte las tasas de interés, argumentando que esto impulsaría el crecimiento económico. Sin embargo, en un contexto de aranceles elevados y presiones inflacionarias, reducir las tasas podría ser contraproducente. Un recorte en este escenario no solo estimularía la demanda, sino que también alimentaría la inflación, lo que pondría en riesgo la estabilidad económica a largo plazo. ¿Está Trump dispuesto a aceptar este riesgo, o debería reconsiderar su enfoque?
El petróleo: Un rompecabezas costoso
Otra de las exigencias de Trump es la reducción del precio del petróleo. Sin embargo, lograr esto no es tan sencillo como parece. Para bajar los precios, sería necesario aumentar significativamente la producción petrolera. Aunque Trump ha prometido impulsar la producción en Estados Unidos, los costos de extracción en el país son elevados, lo que limita la capacidad de ofrecer precios bajos. Además, un aumento en la producción podría reducir las rentabilidades de las compañías petroleras, generando tensiones en el sector energético. ¿Es realista esperar precios bajos del petróleo sin sacrificar la rentabilidad y la estabilidad del mercado? A esto debe sumarse que el precio del petróleo también podría mantenerse bajo, mientras las tasas de interés sean altas y el dólar sea fuerte. Si se debilita el dólar, recortando los tipos, entonces se requiere mucho más bombeo de crudo.
Las exigencias de Donald Trump reflejan un deseo de impulsar la economía estadounidense, pero también revelan una falta de coherencia en su enfoque. La imposición de aranceles, la presión por recortar las tasas de interés y la demanda de precios más bajos del petróleo son medidas que, en conjunto, podrían generar más problemas que soluciones. Además, los retrasos en proyectos clave, como la construcción de fábricas de chips, muestran lo complejo que es reindustrializar el país.
El próximo anuncio de la FED y el posible enfrentamiento con Trump añaden otra capa de incertidumbre. Con el índice VIX en niveles elevados, los mercados se preparan para meses de volatilidad. Para evitar un escenario de estanflación (inflación con estancamiento económico), Trump debería reconsiderar sus estrategias y buscar un equilibrio más sostenible. La economía global es un sistema complejo, y las decisiones unilaterales rara vez producen los resultados deseados sin consecuencias no deseadas.
Descargo de responsabilidad:
Las opiniones expresadas en este artículo son responsabilidad del autor y no reflejan necesariamente la postura de ninguna institución o entidad. Este contenido es meramente informativo y no constituye asesoramiento financiero, económico o político.
Por Alex Vallenilla
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Periodista egresado de la Universidad Católica Cecilio Acosta. Ha sido periodista para la fuente de economía de El Nuevo País y Zeta. Ha sido profesor invitado en la Universidad de Los Andes y profesor en la Universidad Santa María Núcleo Oriente. Entusiasta de la tecnología blockchain y las criptomonedas.