Medicamentos falsos y derecho a la salud

Fernando FernándezFinanzas Digital/Fernando Fernández.- Una nueva modalidad de delitos y amenazas contra la salud se está presentando en el país de forma masiva, estructurada y organizada: se trata de la falsificación, adulteración y contrabando de medicamentos.  Nada más y nada menos que un atentado contra la salud pública y la economía formal. Es una nueva forma de irrumpir el crimen organizado en una sociedad indefensa, hasta ahora, en su derecho humano a la salud. Ni qué decir del blanqueo de activos, mal llamado legitimación de capitales, que surge del pingüe negocio de la falsificación farmacéutica. A la crisis del sistema de hospitales se suma esta nueva calamidad.

Este fenómeno ya existía de forma relativamente importante por causa de los controles de precios de la mayoría de productos y el régimen cambiario. Pero, con la Ley Orgánica de Precios Justos (“LOPJ”), el problema se volvió una crisis total. Mientras tanto, en el mundo entero se combaten las falsificaciones farmacológicas con verdaderas políticas económicas, preventivas y anti-criminales.

La escasez de medicamentos unida a la de insumos médicos y a la ruina de la mayoría de los hospitales que otrora fueron un orgullo nacional, ocasionados por la falta de divisas y el régimen cambiario, están en la base de la conducta criminal de buscar un lucro ilícito con las necesidades humanas de salud y el más básico de los derechos humanos: el de la vida.  Los delincuentes no tienen compasión en su codicia desmedida. La LOPJ y una errada política económica de controles se han convertido en nuevos factores criminógenos y un nuevo ingrediente determinante del blanqueo de activos.

Analgésicos, antibióticos, productos contra la disfunción eréctil, antidepresivos, anfetaminas, psicotrópicos, jarabes, vitaminas, complementos alimenticios, entre otros muchos productos, se ven envueltos en el esquema de negocios del crimen organizado. Pero esto no es todo. Se ven muchas tipologías delictivas: un ejemplo de ello es el caso de un taxista que pude conocer que se “arregla” los ingresos mensuales comprando de a poco una marca muy conocida de analgésicos y otras de pastillitas para bajar la fiebre. Cuando tiene alguna cantidad acumulada viaja a Colombia en su taxi y se redondea unos US$ 3.000. Es decir, este taxista, ya no es solo un humilde trabajador del volante: ¡ahora es un contrabandista más!, estimulado por una política económica errada y desfasada.

Otro ejemplo del deterioro criminal son las colas y el intenso mercado que se mueve en las cadenas de  farmacias para comprar masivamente productos de todo tipo, generalmente con precios controlados: antiácidos, aspirinas, dentífricos, champús, cremas, etc. los cuales van luego a centros de tolerancia en zonas populares o a cruzar las distintas fronteras del país: terrestres, lacustres, fluviales y marítimas para llegar a Colombia, Brasil, Curazao, Aruba, Trinidad, Haití, entre otras,  donde las compran a precio real del mercado o, simplemente, las revendan algo más baratas para tumbar los precios internacionales. Obviamente, sin tener cuidado alguno en la forma en la que se almacenan, distribuyen y venden.

El 22 mayo de 2014, la INTERPOL informó el cierre de “miles de farmacias ilícitas de venta por Internet en la mayor operación mundial contra los medicamentos falsos”. En efecto, bajo la coordinación policial internacional de la INTERPOL la operación PANGEA VII mostró unos resultados impresionantes contra las redes de delincuencia organizada: “LYON (Francia) – Cerca de 200 organismos encargados de la aplicación de la ley procedentes de 111 países han participado en la operación PANGEA VII, destinada a combatir las redes delictivas que están detrás de la venta de medicamentos falsos a través de farmacias ilícitas en línea.

La operación dio lugar a la detención de 237 personas en todo el mundo y al decomiso de más de 36 millones de USD, coste al que ascienden los medicamentos potencialmente peligrosos. La operación PANGEA VII es, en cuanto al número de países miembros participantes, la mayor que se ha llevado a cabo a escala mundial para combatir el tráfico de fármacos falsos. Ha dado paso al lanzamiento de 1.235 investigaciones, la retirada en las redes sociales de más de 19 000 anuncios de medicamentos ilícitos y el cierre de más de 10.600 sitios web”. (Ver: http://www.interpol.int/es/Centro-de-prensa/Noticias/2014/N2014-089/). Ojalá Venezuela mantenga esta cooperación internacional, conjuntamente con la reforma legal que elimine los defectos legislativos que he mencionado y se cambie la política económica que estimula la ilicitud.

 

@FM_Fernandez

 



Volver arriba