¿Qué significa la revaluación del dólar?
José Grasso Vecchio.- Desde mediados de 2021 el dólar se ha venido revaluando respecto a las principales monedas del mundo. Ha sido emblemático el haber alcanzado la tasa de paridad uno a uno con el euro al depreciarse esta moneda más de 10% con relación al dólar en los últimos doce meses. Algo similar ha sucedido con el yen japonés el cual la semana pasada alcanzó su valor más bajo respecto a la moneda de Estados Unidos desde 1998 y con la libra esterlina, al registrar ésta su menor nivel en treinta y cinco años respecto al dólar. Contrariamente, el renminbi (yuan) – la moneda de China- se ha apreciado frente al dólar.
En esta revalorización del dólar ha jugado un papel determinante la política monetaria restrictiva que ha venido aplicando la Reserva Federal al subir las tasas de interés para ayudar a contener las presiones inflacionarias, lo cual se ha traducido en entradas de capital hacia Estados Unidos para aprovechar mejores rendimientos. Ello indudablemente no deja de tener sus efectos adversos más allá de los aspectos positivos.
Así, un dólar revalorizado torna más baratas las importaciones que hace Estados Unidos lo cual puede contribuir aliviar las presiones inflacionarias al tiempo que abarata la adquisición de bienes de capital y mejora el financiamiento, justamente debido a la entrada de capitales. Pero, por otra parte, la fortaleza del dólar puede interpretarse como un encarecimiento de las exportaciones de Estados Unidos hacia el resto del mundo. Esto, sin embargo, tiene sus matices por cuanto su canasta de exportaciones consistente de alimentos, aviones, vehículos, maquinarias, productos farmacéuticos, entre otros, tal vez no sea tan sensible ante variaciones del tipo de cambio, salvo que se profundice la revaluación del dólar. En cualquier caso, más allá de los efectos económicos, Estados Unidos exhibe la revalorización del dólar como parte de su supremacía mundial al fungir su moneda como refugio ante la incertidumbre reinante en la economía mundial.
Para quienes la revaluación del dólar o equivalentemente la depreciación de sus monedas si es un problema es para los países en desarrollo altamente endeudados o para quienes tratan de acceder al mercado mundial de crédito. Para una muestra representativa de estas economías se encontró que del total de su deuda externa, cerca del 80% está denominada en dólares, hecho este que frente a una revaluación de esta moneda encarece el servicio de la deuda o desmejora sus balanzas de pagos, si esos países exportan bienes o reciben ingresos en otras monedas tales como el euro.
Igualmente, el acceso al crédito internacional se complica para los países en desarrollo o emergentes en la medida en que las tasa de interés tanto en Estados Unidos como en Europa han venido escalando. En otras palabras, el crédito barato que estuvo disponible durante el periodo de baja inflación ya no existe y las economías que lo requieran tendrán que pagar más por acceder a los préstamos internacionales. Evidentemente esta situación implicará un deterioro de la posición fiscal de estos países lo que hará más difícil aplicar medidas para estimular las economías.
Todo este cuadro de estrés financiero viene a complicar la situación presupuestaria de regiones como América Latina para la cual el acceso al financiamiento externo resulta fundamental para apuntalar el crecimiento económico y las políticas de incursión social. No por casualidad, todas las instituciones internacionales han venido recortando los pronósticos de expansión de las economías de América Latina en vista de esta restricción que significa el alza de las tasas de interés internacionales a lo cual hay que sumar el rebrote de la inflación en la región, salvo en Bolivia y Brasil.
Por estas razones se ha planteado que en la próxima reunión de los países del G7 expandido se trate el tema de la deuda de los países en desarrollo, de forma tal de lograr un alivio que propenda al crecimiento y la estabilidad. Ello sería del interés de todos los actores de la economía global con la condición de que se hagan reformas que eviten el endeudamiento excesivo y procuren la solvencia fiscal.
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Abogado Universidad Católica Andrés Bello. Master en Derecho Comparado Southern Methodist University Dallas Texas; Advanced Management for Bankers Wharton School en Philadelphia. Inició su carrera bancaria en 1976, con más de 40 años de experiencia bancaria. Ha ocupado diversos cargos gerenciales y de dirección en importantes instituciones. Fundador y presidente ejecutivo de la Asociación Venezolana para el Síndrome de Down. Dictó clases de pregrado y postgrado en áreas de finanzas y banca en las principales Universidades del país.