Rompiendo el Molde: Cómo las Empresas Pueden Sobresalir en un Mundo de Imitación

Daniel CadenasDaniel Cadenas.- Con frecuencia se escucha afirmar que el venezolano tiene madera para emprender o que es un emprendedor nato. Sin embargo, una mirada mas cercana a la explosión de emprendimientos de todo tipo en la Venezuela contemporánea, desde los emprendimientos artesanales de supervivencia hasta empresas de mayor complejidad y envergadura, permite detectar un patrón nocivo para el éxito de esos negocios: la clonación o imitación a rajatabla de modelos de negocios. Hemos observado esto con las ventas de Chicha, Paletas y Cocadas, pasando por los Bodegones y en general, es una práctica extendida que se observa en casi todo sector o mercado. En términos técnicos o en el ámbito de la teoría de la organización empresarial, a esta practica se le denomina “Isomorfismo Mimético”. La palabra isomorfismo deriva del griego y significa “igual forma”, aludiendo a la replicación o copia a rajatabla de modelos de negocios, practicas, productos, servicios y estructura empresarial de un negocio a otro.

El isomorfismo mimético en los negocios se refiere a la tendencia de las organizaciones a imitar las prácticas y estructuras de otras empresas exitosas o al menos en apariencia, en un esfuerzo por alcanzar un nivel similar de éxito. Si bien el isomorfismo mimético puede tener ciertos beneficios al permitir a las empresas adoptar prácticas probadas, también puede tener consecuencias negativas si se aplica de manera indiscriminada, el cual pareciera ser el caso venezolano. Este problema no es solo característico de micro y pequeñas empresas. En Venezuela existen dos sectores con empresas de gran complejidad y tamaño, pero claramente isomorfos u homogéneos, donde la diferenciación es casi nula: Las clínicas privadas y la banca universal.

Es importante destacar que el isomorfismo mimético puede ser perjudicial cuando las empresas simplemente imitan a sus competidores sin comprender plenamente el contexto específico en el que esas prácticas fueron exitosas. Por eso, tampoco es buena idea tratar de aprender lecciones de los pocos sectores que han sobrevivido con éxito a la reciente coyuntura económica adversa en Venezuela (Alimentos y Medicamentos) pues el contexto de economía de supervivencia o de consumo básico, explica mucho de su aparente “éxito”, más allá de las propias practicas organizacionales de cada uno de esos sectores exitosos. La imitación ciega puede conducir a una falta de originalidad y a una mayor homogeneidad en un sector industrial o mercado, lo que a su vez limita la capacidad de las empresas para diferenciarse y encontrar nuevas formas de crear valor para sus clientes.

El isomorfismo mimético o imitación ciega y a rajatabla también puede ser problemático en un contexto recesivo o de ventas estancadas por varias razones:

  1. Ausencia de flexibilidad financiera: En tiempos de recesión, las empresas pueden enfrentar restricciones financieras significativas. El isomorfismo mimético a menudo implica seguir las prácticas de las empresas líderes en el mercado, que pueden requerir inversiones significativas. En un contexto recesivo, estas inversiones pueden no ser viables y podrían agravar la situación financiera de una empresa, en lugar de mejorarla.
  1. Falta de adaptación al cambio: Durante una recesión, las condiciones del mercado pueden cambiar rápidamente. La imitación ciega de otras empresas puede llevar a una falta de adaptación a estas nuevas circunstancias. En lugar de innovar y encontrar formas creativas de responder a los desafíos de la recesión, las empresas que siguen el isomorfismo mimético pueden quedar atrapadas en prácticas obsoletas o ineficaces.
  1. Riesgo de pérdida de diferenciación: En tiempos de recesión, la capacidad de diferenciarse de la competencia puede ser crucial para la supervivencia de una empresa. El isomorfismo mimético puede llevar a una mayor uniformidad en la industria, lo que dificulta que las empresas se destaquen y proporcionen valor único a los clientes en un momento en que la lealtad del cliente puede ser vital.

Para evitar caer en la trampa del copiar y pegar o isomorfismo mimético, las empresas pueden aplicar varias estrategias para diferenciarse. Una de estas estrategias es la innovación constante, que implica el desarrollo de nuevos productos, servicios o procesos que permiten a la empresa destacarse de la competencia. La diferenciación también puede lograrse mediante un enfoque claro en la experiencia del cliente, creando propuestas de valor únicas que resuenen con las necesidades y deseos de los consumidores.

Otra estrategia para diferenciarse es la especialización en un nicho de mercado específico. Al centrarse en atender las necesidades de un segmento particular de clientes, las empresas pueden posicionarse de manera única y destacarse en un mercado altamente competitivo.

Además, es importante para las empresas establecer una cultura organizacional distintiva que refleje sus valores y enfoque únicos. Esto no solo ayuda a diferenciar a la empresa en el mercado, sino que también puede atraer y retener talento excepcional que comparta la visión de la organización.

Si bien la clonación de modelos de negocio o isomorfismo mimético puede ser tentadora, las empresas deben tener cuidado al imitar ciegamente a la competencia. En su lugar, deben enfocarse en estrategias de diferenciación que les permitan destacarse en el mercado y crear valor de manera única para sus clientes.

 

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