Una visión del segundo semestre de 2023
José Grasso Vecchio.- Ya cercanos al cierre del primer semestre de 2023, es conveniente tener una mirada sobre lo que puede ser el segundo semestre y el cierre de 2023, vistos en conjunto indicadores parciales y opiniones de especialistas que pueden arrojar luces sobre el desenvolvimiento futuro de la economía.
Con los datos disponibles se puede afirmar que según Conindustria la producción manufacturera tuvo una caída de 1,5% durante el primer trimestre de este año aunque se espera una recuperación para el segundo trimestre. Por su parte Consecomercio ha reportado una declinación de las ventas del comercio en la región central de Venezuela, entre enero y mayo, cifrada en 21%. Estos son los datos de la economía no petrolera disponibles hasta ahora, los cuales permiten inferir un primer semestre de 2023 con un menor nivel de actividad respecto a similar lapso de 2022.
Sin embargo, la producción petrolera entre diciembre de 2022 y mayo de 2023 reflejó un aumento de 22,4%, el mayor aumento observado en los últimos cinco años al menos, en lo cual influyó tanto la mayor extracción por parte de Pdvsa como de Chevron. Por otra parte, los precios petroleros a lo largo del primer semestre de 2023 han tendido a la baja, debido a los temores de una menor demanda como resultado de la desaceleración de la actividad económica mundial.
El tipo de cambio del bolívar respecto al dólar aumentó 58% entre el cierre de 2022 y el 20 de junio de 2023, influido este resultado por la depreciación del bolívar durante enero y marzo. A partir de abril el tipo de cambio ha mostrado una clara tendencia a la estabilidad. Considerados globalmente, estos indicadores sugieren que queda un camino por delante para recuperar sectores claves de la economía que son los que motorizan el crecimiento a corto plazo.
Así, según la Encuesta de Coyuntura elaborada por Conindustria, los industriales estiman que durante 2023 considerado como un todo, la producción manufacturera aumentará 2%. A ello hay que agregar las perspectivas favorables de sucesivos aumentos de la producción petrolera hasta un estimado cercano a los 900.000 barriles por día lo que indudablemente le daría un impulso a la economía como un todo. Si este incremento de la producción petrolera se da en un contexto de recuperación de los precios ello le proporcionaría más ingresos al fisco para que éste pueda aplicar una política más expansiva que es la requerida en estas circunstancias de menor ritmo de la economía.
Preferiblemente ello debe ser acompañado de medidas para hacer posible más financiamiento a sectores de la economía no petrolera que pueden ser capaces de generar más empleos con mejores salarios. En este sentido, la colaboración entre los sectores público y privado resulta fundamental para coordinar financiamientos y abrir espacios a nuevas inversiones que hagan posible un crecimiento sostenido de la economía con estabilidad de precios. Los resultados anteriormente expuestos deben constituirse en un llamado de atención para que entre el sector privado y el gobierno se materialicen acuerdos que permitan el reimpulso de la industria, como eje para encadenar otras actividades y para el fomento de las exportaciones.
El aspecto relativo al financiamiento es vital toda vez que ya no existen problemas derivados de los controles de precios o de acceso a las divisas como en el pasado. Venezuela tiene potencial desde el punto de vista industrial. El reto a corto plazo es aumentar la capacidad utilizada para así generar más empleos bien remunerados.
Hay que destacar algunos elementos positivos: Por ejemplo, la revisión de los distintos informes sobre la actividad económica, industrial y comercial, se desprenden perspectivas favorables de incremento de la producción para la mayoría de los participantes. La capacidad instalada no utilizada debe ser vista como una oportunidad de crecimiento al igual que el incremento de las exportaciones y su potencial.
En el mercado de hidrocarburos a pesar de que los precios no están en un buen momento, existen muchas oportunidades de inversión y nuevos negocios que influirían favorablemente en un mayor crecimiento económico.
Las oportunidades de comercio binacional entre Venezuela y Colombia y nuestro país y Brasil son inmensas, aunque por supuesto, hay que trabajar en buscar agilidad, oportunidades y soluciones para facilitar los medios de pago internacionales.
El tema del crédito y la inversión local es otra tarea pendiente y no tengamos duda, que el crédito y la inclusión financiera son factores claves para lograr crecimiento económico y desarrollo. Esa actividad crediticia para que no genere distorsiones y efectos negativos debe implementarse en una primera fase de manera progresiva y muy bien planificada. Es por ello que recomiendo mesas técnicas entre los actores privados y públicos y las altas autoridades que permitan elaborar planes para el logro de esos objetivos. Venezuela tiene el potencial para salir adelante.
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Abogado Universidad Católica Andrés Bello. Master en Derecho Comparado Southern Methodist University Dallas Texas; Advanced Management for Bankers Wharton School en Philadelphia. Inició su carrera bancaria en 1976, con más de 40 años de experiencia bancaria. Ha ocupado diversos cargos gerenciales y de dirección en importantes instituciones. Fundador y presidente ejecutivo de la Asociación Venezolana para el Síndrome de Down. Dictó clases de pregrado y postgrado en áreas de finanzas y banca en las principales Universidades del país.