El Banco Central de Brasil elevó ligeramente este jueves su previsión de crecimiento económico para este año a 3,0%, desde el 2,9% previsto anteriormente en septiembre, al tiempo que redujo la perspectiva de expansión para el próximo año a 1,7%, desde el 1,8% anterior.
Las estimaciones se esbozaron en su informe trimestral sobre la inflación, en el que el banco central subrayó que ve «una moderación del consumo de los hogares, un resurgimiento de las inversiones y el mantenimiento de un saldo favorable en las cuentas exteriores» en 2024.
Los economistas privados encuestados semanalmente por el Banco Central prevén una expansión del Producto Interno Bruto (PIB) del 2,92% este año y del 1,51% el próximo. El Gobierno del presidente Luiz Inácio Lula da Silva prevé una tasa de crecimiento más optimista, del 3,0% en 2023 y del 2,2% en 2024.
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El déficit por cuenta corriente de Brasil aumentará a 35.000 millones de dólares el año que viene desde los 26.000 millones de este año, según las previsiones del banco central, influido por un menor superávit comercial. Los responsables de la política económica esperan que la balanza comercial se mantenga positiva en 73.000 millones de dólares el año que viene, frente a los 79.000 millones de este año.
En cuanto a los préstamos bancarios, el banco central prevé un aumento del 8,8% en 2024, acelerando desde la expansión del 6,8% estimada para este año.
En el informe, el banco central volvió a señalar un nuevo recorte de las tasas de interés de 50 puntos básicos en sus próximas reuniones de fijación de tipos, afirmando que este ritmo es adecuado para mantener la política monetaria contractiva necesaria para el proceso desinflacionario.
Tras mantener las tasas de interés en máximos de seis años durante casi un año para contrarrestar la inflación, el banco central inició un ciclo de relajación en agosto y ya ha recortado las tasas en 200 puntos básicos, a 11,75%.
Reuters