Estados Unidos acogerá una inversión de 1.500 millones de dólares en semiconductores por parte de la multinacional alemana Bosch en su territorio, que fue celebrada este miércoles por la Casa Blanca.
Según un comunicado del Gobierno de EE.UU., Bosch va a adquirir el fabricante de chips estadounidense TSI semiconductors, con sede en Roseville, California, y tiene intención de invertir 1.500 millones de dólares en la fabricación de semiconductores en el país norteamericano.
La vicepresidenta de EE.UU., Kamala Harris, indicó que esa inversión reducirá los costos, fortalecerá la cadena de suministros de vehículos eléctricos y ayudará a «reconstruir» el tejido industrial estadounidense, además de contribuir a crear oportunidades para los trabajadores de California.
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«Pondrá más vehículos eléctricos en las carreteras, una prioridad para la que he trabajado desde que ejercía como senadora de EE.UU.», indicó Harris, quien destacó que esto ha sido posible gracias a la agenda de inversiones del Ejecutivo estadounidense.
La vicepresidenta aprovechó también la nota para criticar a los republicanos, quienes consideró que trabajando para «deshacer» estos progresos. «Quieren quitar fondos de la industrial estadounidense y mandar puestos de trabajo al extranjero. El presidente (Joe) Biden y yo nunca permitiremos que pase eso».
EE.UU. está incentivando la fabricación en el país de microchips y semiconductores, como parte de su competencia comercial con China, mediante una ley aprobada el año pasado por el Congreso, que prevé destinar más de 50.000 millones de dólares para revitalizar la industria nacional en este ámbito con ayudas y créditos para empresas.
El Gobierno de Washington considera la fabricación doméstica de microprocesadores una cuestión clave para la economía y la seguridad nacional, especialmente por el gran dominio de mercado que tiene China en este campo.
La economía global se ha visto afectada desde 2020 por la escasez de microchips, causada en parte por los efectos de la pandemia de COVID-19, las tensiones comerciales entre China y Estados Unidos y factores climáticos.
EFE