Las lluvias torrenciales que azotan el sur de Brasil desde finales de abril provocando crecidas de los ríos en el estado de Rio Grande do Sul han causado inundaciones en ciudades y zonas densamente pobladas, dejando más de un centenar de muertos, otros tantos desaparecidos y siniestrando a más de 1,7 millones de personas, según la Agencia de la ONU para los Refugiados Acnur.
En conferencia de prensa, William Spindler, portavoz en América Latina de Acnur, indicó que entre los afectados se incluyen unos 41 mil refugiados y otras personas que necesitan protección internacional, incluidos muchos venezolanos y haitianos que viven en las zonas de desastre, a algunas de las cuales sólo se puede llegar en barco.
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Según los datos gubernamentales, en Río Grande del Sul viven más de 21 mil venezolanos que fueron reubicados ahí en abril de 2018 desde el estado de Roraima, en la frontera norte del país con Venezuela.
En una nota de prensa publicada por la ONU, señala que dado el aislamiento de muchas comunidades, Acnur brinda apoyo técnico para facilitar las comunicaciones y llevar a los refugiados y migrantes acceso en su idioma a información oficial sobre recomendaciones de protección y riesgos en los lugares donde viven.
Emisión de documentos
En los próximos días, Acnur ayudará con la emisión de documentos para casos en los que éstos se hayan perdido o dañado.
La intención es “garantizar que los refugiados y solicitantes de asilo sigan accediendo a beneficios sociales y servicios públicos”, detalló Spindler.
El organismo de la ONU también colabora con los equipos locales de la sociedad civil que ofrecen asistencia psicológica y responden a los casos más vulnerables tanto entre los refugiados como en las comunidades de acogida.
Además está enviando a Brasil suministros de ayuda adicionales, como refugios de emergencia, utensilios de cocina, mantas, lámparas solares y kits de higiene, desde sus reservas regionales y del norte de Brasil.
Los fenómenos meteorológicos extremos en Brasil han sido frecuentes y más devastadores en los últimos años, incluidas sequías en la región amazónica y lluvias intensas en los estados de Bahía y Acre.
Acnur estima que se necesitan 3,21 millones de dólares para satisfacer las necesidades más urgentes, que incluyen asistencia financiera directa a las personas afectadas y provisión de artículos de socorro esenciales.
Más del 85% del territorio de Rio Grande do Sul sufre inundaciones, que han obligado a unas 68 mil personas a vivir en refugios improvisados, mientras que más de 327 mil han abandonado sus hogares.
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