Dime cómo piensas y te diré quién eres

Daniel LahoudDaniel Lahoud.- La lectura de los economistas me ha procurado muchos descubrimientos interesantes y uno de ellos es cómo los ellos ven a los empresarios. Por ejemplo, los escolásticos que les tocó vivir y quienes efectivamente iban a los mercados e hicieron contacto con los mercaderes y prestamistas de su tiempo, crearon manuales, para que estos empresarios actuaran de acuerdo a normas morales estrictas y los comprendieron, tanto, que incluso llegaron a dudar que la usura, la especulación y otras características que pueden estar en el trabajo del empresario, fuesen pecado. Ellos tuvieron una visión humana y muy cercana a quienes en aquellos siglos se dedicaban a los negocios y procuraban sus riquezas.

Hay manuales que se imaginan que esto era distinto y lo exponen, incluso hablan de que los escolásticos criticaban las ganancias excesivas y apoyaban un mundo sin mercado, sin crédito, etc. Así también ha pasado, a veces los economistas se refieren a un empresario utópico, que no existe, que ellos no conocen, y le inventan características que ellos no han logrado constatar, porque de hecho, nunca visitaron una fábrica, y aquí no solo están los clásicos, sino muchos contemporáneos, quienes se refieren a los empresarios sin entenderlos, los critican, como si se tratara de un colectivo homogéneo y anónimo.

Antes de seguir adelante expongo que observo a los empresarios como un grupo heterogéneo, hay entre ellos gente que sabe aprovechar su relación con los gobiernos e intenta sacar provecho de eso, y creo que eso no es un empresario, creo que el de verdad, es quien aplica su creatividad para producir ventajas y quien entiende que su función es producir bienes que sirvan a los demás, y mientras mejor lo hacen, mejor les va. Por tanto, soy contrario a que el gobierno se entrometa más de lo prudente en su actividad, pero tampoco lo apoyen con créditos, o protecciones que lo único que hacen es alejar al empresario de su verdadera función y lo terminan convirtiendo en un mercantilista más.

Uno puede encontrar economistas que fueron empresarios como Cantillon y Say, quizá los mejores, porque tienen una visión clara de los procesos del mercado porque los han vivido en carne propia. Además hablan de lo que de verdad le ocurre al empresario y lo comprenden, porque practicaron esa actividad.

Otros, por ejemplo Marx, ve al empresario como un “Judío circuncidado en lo más íntimo de su ser” mostrando un doble desprecio. Resulta difícil entender cómo hay personas que afirman que Marx era judío, ellos no se tratan de esa manera, pero además, él lo ve trabajando hasta el último día de su vida acumulando capital, hay cientos de ejemplos que contradicen eso. Además. lo considera incapaz de rehacer su fortuna, una vez arruinado. Definitivamente es la visión de alguien que no los entiende y que estuvo siempre alejado de las fábricas, de la realidad de la sociedad, por eso su teoría no tiene ninguna validez, y sólo lleva a la ruina de quienes la practican.

Los historicistas van por el mismo camino, y ese es el caso de Sombart y su alumno Schumpeter. Ellos creen que el mercado es el sitio donde el empresario ejerce su voluntad y nos impone condiciones, quizá sea un intento de algunos empresarios, pero solo aquellos que descubren cómo servir mejor y más eficientemente al consumidor, son los que sobreviven, a menos, claro, que como sueñan los mismos historicistas, haya un gobierno que defienda a esos mercantilistas que se confunden entre los empresarios.

Keynes siempre usó expresiones muy duras con los empresarios, por ejemplo, en el Tract los califica de “monstruo legendario” y en la Teoría General llega a desconfiar de la habilidad de los empresarios para llevar a buen término sus negocios. Parece que olvida que hasta ese entonces lo hacían e incluso lo siguen haciendo. Uno se pregunta si nos acordamos de los años 60 y 70 en los que sus teorías se aplicaron en casi todos los países y codujeron a los países desarrollados al desastre de la “estanflación.” Esa es la razón por la que luego tuvieron que aplicar lo que todos llaman de una manera equivocada “Neoliberalismo”. También podemos citar el caso de Venezuela desde 1974, cuando el gobierno adoptó esas políticas y acabaron con toda la prosperidad que se vivía en menos de 15 años. ¿ustedes confiarían en algo así?

 

@daniellahoud

 



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