El Gobierno de Estados Unidos ha asegurado a la Organización de las Naciones Unidas que las contribuciones a su fondo humanitario para Venezuela estarán a salvo de incautaciones por parte de acreedores, un cambio que podría permitir que el esfuerzo de ayuda comience a operar tan pronto como este mes, según ocho fuentes de Bloomberg.
La decisión de la Administración Biden de dar luz verde al fondo con sede en Nueva York, que resultó de un acuerdo alcanzado el año pasado entre el presidente Nicolás Maduro, y representantes de la oposición, podría ser un detonante para las negociaciones estancadas sobre la extendida crisis política de la nación sudamericana antes de las elecciones presidenciales en 2024.
Anteriormente, la Administración notificó a la ONU que se permitirá que el fondo opere dentro de EE.UU. sin temor a que sea vulnerable a los prestamistas que buscan el pago de la deuda, dijeron las fuentes.
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EE.UU. está dispuesto a trabajar con los bancos que tienen activos venezolanos, algunos de los cuales alimentarán el fondo, para garantizar su transferencia segura, dijeron las personas.
En 2017 Venezuela incumplió sobre una abultada deuda de US$ 60.000 millones y actualmente debe miles de millones de dólares en préstamos comerciales y laudos arbitrales.
Desde entonces, diferentes tipos de acreedores se han centrado en los activos extraterritoriales congelados por las sanciones de EE.UU. en su intento por cobrar las deudas del Gobierno y la empresa petrolera estatal PDVSA. El principal activo offshore del país, Citgo Petroleum, está en alto riesgo ya que los acreedores como Crystallex y el gigante petrolero ConocoPhillips presionan a los tribunales para que obliguen a la venta de las acciones de su empresa matriz para que puedan cobrar laudos arbitrales por la expropiación de sus activos en Venezuela.
En los últimos meses, la Casa Blanca ha tratado de reiniciar negociaciones entre el Gobierno de Maduro y la oposición venezolana sobre mejores condiciones electorales para la elección presidencial de 2024. El fondo ha sido una razón clave por la cual esas negociaciones se han estancado después de su reanudación en noviembre pasado.
Como parte de un acuerdo humanitario más amplio alcanzado durante esas conversaciones, se pretende financiar proyectos de electricidad, agua, salud y educación en Venezuela. Pero el acceso a los activos congelados resultó más complicado de lo esperado, lo que provocó demoras y acusaciones de Maduro de que la oposición había incumplido sus promesas.
Las primeras contribuciones al nuevo fondo provendrían de cuentas venezolanas en Europa, dijeron las fuentes.
Pero muy probablemente tomará meses comenzar a distribuir los fondos, y no está claro si Maduro regresará a la mesa. El mandatario venezolano también ha condicionado las negociaciones futuras a una mayor relajación de las sanciones y la liberación de Alex Saab, uno de sus aliados clave que ha estado encarcelado en EE.UU. desde 2021.
Fuente: Bloomberg