Entendiendo a Marx, desde el mundo moderno

Daniel LahoudDaniel Lahoud.- Marx no fue el ideólogo de la revolución rusa. En todo caso, la revolución rusa tuvo como ideólogo a Lenin, quien se oponía a la idea de Marx de que el socialismo debía surgir sólo en las sociedades capitalistas avanzadas. De hecho, para Marx era imposible que Rusia generara una revolución socialista, porque según él, vivía en la edad media y tenía que alcanzar niveles de desarrollo mucho más elevados, él creía que la revolución se podría dar en Inglaterra o Alemania, pero nunca en Rusia. Incluso, creía que los Estados Unidos en su momento (siglo XIX), tenían una economía profundamente inestable, que no podría soportar el surgimiento del comunismo.

Hay que dejar en claro otro asunto, Marx era un clásico, lector de las obras de Smith, Ricardo y Mill, por lo que entendía los progresos que el sistema liberal había producido en la sociedad. Sin embargo, fue un crítico importante de lo que él consideraba injusto en ese proceso. Por eso creía que la economía iba a evolucionar hacia el socialismo por un proceso histórico que, según él mismo creía, estaba íntimamente relacionado al desarrollo tecnológico. Consideraba que el capitalismo era una etapa en ese mismo devenir histórico, que debía consumirse hasta agotarse.

Por supuesto, la teoría del valor trabajo que desarrolló definitivamente en Inglaterra cuando ya estaba maduro, es la que inspira la creencia de que el capitalista es quien se apropia de una porción del valor, que el llama plusvalía, porque las relaciones de producción le permiten hacerlo. Injusticia, que según él desaparecería con el surgimiento de la sociedad socialista. Además, añade que el empresario es un individuo casi irracional, conducido por su afán de lucro desmedido.

Cuando uno lee a Marx, siente ecos de lo que hoy se llama teorías de la conspiración, y por eso es por lo que sus seguidores hablan de “un pequeño grupo de personas que son muy ricas que dominan la economía global,” que manejan los hilos de esa inmensa conspiración.

No es el único pensador que vio el proceso capitalista desde un enfoque crítico, pero fue quien bautizó el período como Capitalista, y al sistema como Capitalista, generando toda una categoría de interpretación. Sin embargo, el capitalismo es mucho más viejo, cuando en la antigüedad o en la edad media, se establecían talleres, estos funcionaban y actuaban, con los mismos criterios que la empresa capitalista moderna. Desde la antigüedad existió trabajo infantil y la misma conciencia de los empresarios fue madurando hasta establecer que se contrataría a los adultos. Digo esto, porque todos refieren al siglo XIX como si fuese la única época en la que hubo trabajo infantil. Al igual que en su tiempo, el trabajo infantil desapareció con la mejora de los ingresos de los empresarios y de los asalariados, por eso es muy extraño verlo en países desarrollados, y es más fácil verlo en los países de poco desarrollo. Incluso en los países, llamados socialistas.

De hecho, la historia negra del capitalismo, se la debemos a Marx, y a otro alemán, Werner Sombart, quienes desarrollaron toda una literatura fantástica. Según ellos, en el Feudalismo las relaciones eran señoriales, que incluso los empresarios vendían a pérdida y eran felices, y luego el capitalismo creó un nuevo tipo de relaciones, fundamentado en el afán de lucro. Ellos creen que el antiguo individuo señorial se transformaba en un egoísta sempiterno (por el paso tecnológico e histórico). Basta pensarlo para darse cuenta de que los seres humanos no cambian de la noche a la mañana su forma de actuar y comportarse. De ahí también viene la creencia de que la riqueza no es producto del esfuerzo (intelectual y físico) y del sacrificio (ahorro), sino que es producto de un arrebato.

Esa misma teoría histórica de Marx le lleva a creer que hay tres leyes que conforman el desempeño del capitalismo. La primera la denomina él la Ley de la explotación de la clase obrera. Hay que entender algo aquí, para Marx, el trabajo es el único que crea valor, y el empresario, aprovecha la estructura existente para pagar un salario de subsistencia a sus obreros, para que solo pueda reponer fuerzas y seguir trabajando, además, no le da trabajo sino a muy pocos, para mantener los salarios bajos. Como vemos, esto sustenta la creencia de que el empresario explota incontenidamente a sus trabajadores. La crisis venezolana les debe mostrar a ustedes la preocupación de los empresarios por el bienestar de sus empleados, mucho más que la preocupación que, supuestamente, los gobernantes tienen por sus gobernados. También vale el ejemplo, en los países desarrollados, los empleados no se sienten explotados, se sienten satisfechos y contentos con su trabajo, por tanto con sus empleadores, y que los salarios no son como nos dice Marx, de subsistencia.

Hay una segunda ley que según Marx se denomina: Ley de concentración y acumulación del capital. Según esta ley, los empresarios sienten un deseo incontenible de acumular capital, incluso aquel que no necesitan y poco a poco el capital se concentrará en pocas manos. Ahí también la realidad nos ha demostrado que el capital no se concentra, y que los empresarios no acumulan perpetuamente.

La tercera es la Ley del ciclo económico. Para Marx el ciclo económico es producto de la inestabilidad que origina la economía capitalista, y de hecho, Friedrich Engels, su compañero intelectual asegura que la primera crisis ocurrió en 1825 en Inglaterra, para ratificar que eso ocurrió sólo a partir del capitalismo. Sin embargo, ellos obvian la crisis ocurrida en 1720 en Francia, la de 1637 en Holanda, o la crisis del 301 en el reino del emperador Diocleciano. Si observan las fechas hablan de crisis en una época que no se considera, según Marx, capitalista (que es desde mediados del siglo XVIII).

Para Marx el ciclo ocurría por un problema de subconsumo, el empresario al no pagar lo suficiente para que el proletario subsista (ley no. 1), provoca que la economía consuma menos que lo que debe, y cuando el proceso es crónico ocurre la recesión. Esta es terrible, los empresarios que supieron prever la situación y ahorraron se salvan, y los empresarios dispendiosos quiebran estruendosamente, por lo que los empresarios sobrevivientes pueden comprar sus empresas a precios de rebatiña y así el capital se concentra y se acumula (ley no. 2). Así ocurre el proceso capitalista y así se van sucediendo las crisis según Marx.

Pero el mundo es muy distinto. Las personas no son subpagadas y tampoco subconsumen. En las economías desarrolladas, en las recesiones no se cae el consumo, se cae la inversión. Muchas personas creen esto que cree Marx, incluso economistas que dicen no ser marxistas. Contrario a ellos, los asesores financieros recomiendan que en recesión hay que comprar empresas que se dedican a producir productos de consumo, la recomendación generalmente es precisa y produce ganancias; si fuese verdad lo que Marx piensa, lo que debería ocurrir con esas empresas es que deberían bajar de precio y producir pérdidas a quienes siguen el consejo de los asesores. Incluso hay quien cree que de la crisis se sale, estimulando el consumo, cuando el problema de la crisis es que se cayó la inversión. Lo otro, es que si existiese una acumulación y concentración de la riqueza o del capital. Luego de la muerte de Marx (1883) ya debería haber uno o dos grandes monopolios mundiales. ¿No creen? Bueno depende, si creen en teorías conspirativas, creerán cualquier cosa.

El término Capitalismo lo acuñó Marx para distinguir su época, y para presionar por que se viera como cierta su teoría de la historia. Marx creía que cada etapa en el devenir histórico estaba signada por el conflicto de clases (parafraseando a Hegel quien decía que la violencia era la partera de la historia). El creía que la edad media tenía dos clases: la de los señores feudales y la de los siervos, y que sus relaciones eran de conflicto. Ese conflicto se resolvió con la creación de la máquina de vapor y desde ahí comenzó el capitalismo, que tiene como norma la relación conflictiva entre proletarios y capitalistas. Ahora, su teoría de la historia no termina ahí, el decía que esta etapa se iba a resolver en la revolución y el surgimiento del socialismo, y que lo íbamos a distinguir, porque desde ahí el concepto de clases desaparecería, y que todos íbamos a vivir en una suerte de paraíso. Eso es el comunismo para Marx.

Lo cierto es que el marxismo es una suerte de religión, que tiene doctrina y que se aprende a la manera de un catecismo. Por otra parte, Marx tuvo una vida muy escabrosa. Él vivió mantenido por su padre hasta que este murió, luego vivió de la riqueza de su esposa (que era la duquesa de Westfalen) Jenny, hasta agotarla y por último vivió de Engels, quien era heredero de su padre (un empresario textil). Ganó mucho dinero escribiendo y vendiendo sus trabajos, incluso fue empresario, porque llegó a manejar un periódico, pero gastaba también mucho porque tenía una vida muy desordenada. Hay aún cosas más grises en la vida de Karl Marx, pero ya creo que con eso tenemos bastante.

 

@daniellahoud

 



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