El indicador de inflación preferido por la Reserva Federal aumentó a un ritmo persistente en febrero y la demanda de los hogares fue más débil de lo esperado, lo que ilustra un consumidor más cauteloso en medio de crecientes preocupaciones sobre las finanzas.
El llamado índice subyacente de precios de gastos de consumo personal, que excluye alimentos y energía, subió un 0,4% con respecto a enero.
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Frente a igual mes del año anterior, el indicador aumentó un 2,8%, según datos de la Oficina de Análisis Económico publicados el viernes. Ambas cifras superaron ligeramente las previsiones de los economistas, publicó Bloomberg.
El gasto del consumidor ajustado a la inflación subió un 0,1%, después de registrar en enero la mayor caída en casi cuatro años, que fue atribuida por los economistas al mal tiempo.
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