Recuerdos de Robert Lucas

José Guerra José Guerra.- Conocí personalmente a Robert Lucas, premio Nobel de Economía en 1995, por estos días de junio de 1991. Yo estudiaba en el Instituto de Economía en Boulder -el cual estaba adscrito a la Universidad de Colorado- mientras me preparaba para ingresar a la Universidad de Illinois en Urbana Champaign. United Airline estaba bajo la protección del capítulo 11 de la Ley de Bancarrota y ofrecía tarifas muy baratas así que llamé a mi amigo y compadre Felipe Pérez quien estudiaba su doctorado en la Universidad de Chicago y me fui para esa ciudad, con mi Biblia de ese tiempo en el morral: el libro de Alpha Chiang, Métodos Fundamentales de la Economía Matemática.

Al día siguiente fuimos Felipe y yo a una clase con John Crochrane sobre dinero y banca. Era muy joven para ese tiempo pero ya despuntaba como lo que ha sido, uno de los grandes en materia de moneda y finanzas. En la tarde de ese viernes  compartimos una reunión para socializar con varios estudiantes y profesores, entre los primeros recuerdo a tres argentinos, Juan Pablo Nicolini, Martín Uribe y Edgardo Zetlosky y entre los segundos a George Stigler, bastante avanzado en edad, Gary Becker, Lars Peter Hansen y Michael Woorford, entre otros.

El sábado asistimos a una fiesta en las afueras de Chicago, en la casa de campo de Lucas donde había varios estudiantes y profesores. Felipe estaba en el quinto año y era preparador de Lucas y de allí su estrecha relación. Entre las respectivas cervezas,  carnes y salchichas se armaron sendas partidas de voleibol y béisbol. Recuerdo que Lucas estaba sentado junto a su esposa Nancy Stokey con un guante de béisbol en la mano y una pelota. Me acerqué y le pregunté si había más guantes y me dijo que sí y que si quería jugar. Empezamos a soltar el brazo y rápidamente me di cuenta que antes él había practicado el béisbol por la forma de coger la pelota y lanzarla. Jugamos una caimanera y al final me pregunto qué de dónde era y le respondí que de Venezuela al igual que Felipe. Le dije que iba a estudiar economía en la Universidad de Illinois a lo que me contestó con amabilidad, vamos a estar cerca.

Es esos días Felipe estaba lidiando con las preparadurías con el libro Recursive Methods in Economic Dynamic escrito por Lucas conjuntamente con Nancy Stokey y Edward Prescott. Entré de oyente a una de sus clases y quedé perplejo del nivel de erudición de aquel caballero sin pretensiones de sabio. Luego, ya en Illinois, en los curos de macroeconomía me correspondió fajarme con dos de sus aportaciones más importantes: la Crítica de Lucas y la curva de oferta agregada tipo Lucas, con sus artículos Econometric Policy Evaluation: A Critique y Some Intranational Evidence on Output-Inflation Trade-Offs.

Ya de vuelta en Venezuela en junio de 1993, al incorporarme como profesor en la Escuela de Economía de la UCV traté de dar lo mejor de mí para enseñar a los estudiantes lo que había aprendido de ese gigante de la economía llamado Robert Lucas.

 

@JoseAGuerra

 

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