Secretario de Estado de EE.UU. visita China para aliviar tensiones bilaterales

Antony Blinken
El secretario de Estado de EE.UU., Antony Blinken. Foto: Getty Images

El secretario de Estado Antony Blinken, inició este domingo sus reuniones en Pekín, convirtiéndose en el primer diplomático estadounidense de alto rango que visita China en cinco años, en medio de unas frías relaciones bilaterales y escasas perspectivas de avance en las disputas entre las dos mayores economías del mundo.

Tras haber pospuesto un viaje en febrero después de que un presunto globo espía chino sobrevolara el espacio aéreo estadounidense, Blinken es el funcionario de más alto rango de Washington en visitar China desde que el presidente Joe Biden asumió el cargo en enero de 2021.

El ministro de Asuntos Exteriores Qin Gang, recibió a Blinken y a su grupo en la puerta de una villa situada en los terrenos de la Casa de Huéspedes Diaoyutai de Pekín, en lugar de dentro del edificio, como es habitual.

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Qin preguntó a Blinken en inglés sobre su largo viaje desde Washington. Después se dieron la mano delante de una bandera china y otra estadounidense.

Tras dirigirse a una sala de reuniones, ni Blinken ni Qin hicieron comentarios ante los periodistas a los que se permitió entrar brevemente. Su reunión duró 5 horas y media, según un portavoz del Departamento de Estado, antes de que se trasladaran a la cena de trabajo.

La ministra adjunta de Asuntos Exteriores china, Hua Chunying, que asistió a la reunión, tuiteó junto a una foto de Qin y Blinken dándose la mano: «Espero que esta reunión pueda ayudar a reconducir las relaciones entre China y Estados Unidos a lo que los dos presidentes acordaron en Bali».

Durante su visita, que durará hasta el lunes, Blinken también se reunirá con el máximo diplomático chino, Wang Yi, y posiblemente con el presidente Xi Jinping.

Desde la semana pasada, funcionarios estadounidenses han restado importancia a la posibilidad de que se produzca un gran avance durante el viaje, pero afirmaron que el principal objetivo de Blinken era establecer canales de comunicación que garanticen que la rivalidad estratégica entre ambos países no se convierta en un conflicto.

Funcionarios y analistas esperan que la visita allane el camino para más reuniones entre Washington y Pekín en los próximos meses, incluidos posibles viajes de la Secretaria del Tesoro, Janet Yellen, y la Secretaria de Comercio, Gina Raimondo. También podría preparar el terreno para encuentros entre Xi y el mandatario Joe Biden en cumbres multilaterales.

Este es un viaje que también seguirá de cerca el resto del mundo, ya que cualquier escalada entre las superpotencias podría tener repercusiones en todos los ámbitos, desde los mercados financieros hasta las rutas y prácticas comerciales y las cadenas de suministro mundiales.

En declaraciones a la prensa el domingo sobre el incidente del globo en febrero, Biden dijo que no creía que los líderes chinos supieran mucho sobre dónde estaba el globo o qué hacía, al tiempo que añadió que esperaba ver pronto a Xi.

«Espero reunirme de nuevo con Xi en los próximos meses y hablar de las legítimas diferencias que tenemos, pero también de cómo podemos llevarnos bien«, sostuvo Biden.

Xi y Biden mantuvieron su primera conversación cara a cara al margen de una cumbre del Grupo de los 20 en noviembre en Bali, en la que entablaron conversaciones sobre Taiwán y Corea del Norte, pero también se comprometieron a mantener una comunicación más frecuente.

Aunque aquella reunión alivió brevemente el temor a una nueva Guerra Fría, el vuelo del globo chino sobre Estados Unidos unos meses después aumentó la tensión, y desde entonces las comunicaciones a alto nivel han sido escasas.

Riesgo de error de cálculo

Las relaciones entre ambos países se han deteriorado en todos los ámbitos, lo que hace temer que algún día puedan enfrentarse militarmente por Taiwán, que China reclama como propia.

También están enfrentados en asuntos que van desde el comercio, los esfuerzos de Estados Unidos por frenar la industria china de semiconductores y el historial de Pekín en materia de derechos humanos.

Especialmente alarmante para los vecinos de China ha sido su reticencia a entablar conversaciones militares regulares con Washington, a pesar de los repetidos intentos estadounidenses.

«Ambas partes reconocen que necesitamos canales de comunicación de alto nivel», declaró a la prensa un funcionario del Departamento de Estado durante una parada para repostar en Tokio de camino a Pekín.

«Estamos en un momento importante de la relación en el que creo que es importante reducir el riesgo de errores de cálculo o, como suelen decir nuestros amigos chinos, detener la espiral descendente de la relación«, añadió el funcionario.

Reuters