Venezuela, hacia el bolívar digital
Daniel Lahoud.- La pandemia y sus vicisitudes produjo cambios importantes en todas las realidades, por ello los cierres de empresas, y las modificaciones en los turnos de trabajo apresuraron la dolarización espontánea que se venía observando lentamente en Venezuela. Esto involucra problemas importantes para el gobierno y para quienes quieren en algún momento convertirse en gobierno. Porque el control monetario es fundamental como mecanismo de financiamiento (que todos ya sabemos a dónde se dirige), por el señoreaje (que obviamente se pierde si el gobierno admite la dolarización); pero además, por la informalización que implica la dolarización (hoy el gobierno es uno de los mas afectados por la caída en la recaudación de tributos).
El uso de billetes que no están bajo el control del banco central es tan malo para los gobiernos como el uso de los criptoactivos como monedas. Sin embargo, estos últimos están fuera del alcance de la mayoría porque requieren un conocimiento que no está generalizado (uso de billeteras digitales y fracciones virtuales de esa moneda) En un país como Venezuela es difícil convertir a un individuo acostumbrado a utilizar de forma intensiva los billetes, en un individuo que funcione sin dinero en efectivo, en muchas de las transacciones más frecuentes. Pero un activo más estable, como el dólar, sí cumple para los individuos un medio eficaz.
Hay algo que no hemos aprendido a cabalidad, el fenómeno de la subida de precios (que en realidad es la pérdida del poder de compra de la moneda) es un juego doble, porque algunos bancos centrales como el FED elevan la emisión y esto aparentemente no mueve los precios, porque esa moneda goza de una demanda importante y creciente. Pasa algo extraño, parece que los precios no se afectan y digo esto, por que en economía hay cosas que no se ven, y que tampoco se pueden medir con facilidad. Las estructuras de precio cambian y esa es la razón por la que USA y Europa han tenido crisis monstruosas sin que se haga evidente un alza consistente de precios. Por eso la afirmación de Cagan sobre la hiperinflación tiene que ser seriamente revisada.
Además comprender que los precios no están determinados por el tipo de cambio bolívar y dólar. Más bien ese precio, como cualquier otro está marcado por la política monetaria, que tiene como objetivo resolver los problemas fiscales del gobierno, que desde los inicios de los 70 no ha querido enseriarse, casi nunca (esto lo digo abusando de mi optimismo).
Venezuela tiene años jugando con el valor de su moneda, desde 1974 con la estatización del banco central comenzó ese juego perverso, que lentamente fue provocando primero alzas discretas en los precios y luego escenarios de los que llaman alta inflación, para desembocar en lo que de acuerdo a Cagan se denomina hiperinflación. Pero por encima del positivismo detrás del trabajo de Cagan, el problema es una disparidad importante y creciente de la oferta y la demanda de dinero. Cualquier dinero que emita el Banco Central de Venezuela será inflacionario, porque no goza de demanda por parte de los nacionales. Todos prefieren un dólar, hasta el individuo que no está bancarizado y ofrece sus servicios, quiere dólares como pago.
El banco central (desde los 70 podemos decir el gobierno con toda propiedad) además de contribuir persistentemente a la destrucción de la moneda, realizando política monetaria sin ton ni son, ha reconvertido la moneda (realmente le quitó ceros al billete) primero 3, luego 5 y ahora nos dirigimos a la eliminación de 6 ceros, por lo que un bolívar de 2010 corresponde a 100.000.000.000.000 del primero de octubre de 2020. Todos esos cambios contables, no tienen detrás un panorama cierto de enmienda y modificación de la economía. La visión limitada del gobierno, lo llevó a creer que el crédito bancario era el que causaba el alza en el tipo de cambio y por tanto atacó llevando el encaje legal a niveles del 100% y acabó con el crédito, pero no con el alza de precios (de todos incluso el dólar) Tampoco acabó con el negocio de los bancos, que hoy funcionan como un facilitador de depósitos en dólares, que se usan exclusivamente para facilitar pagos, contra el cobro de comisiones, entonces hasta los bancos han evolucionado, para producir ganancias en un ambiente restringido.
Hoy el gobierno y su banco pretenden junto al nuevo maquillaje contable, en una hábil campaña de mercadeo de nada, dirigir el bolívar hacia una moneda digital. Pero resulta sensato considerar que el sistema no cambiará, los precios seguirán en alza y la dolarización espontánea e informal de los medios de pagos se profundizará, a pesar, de los intentos de controlar lo incontrolable.
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Doctor en Historia, Magister en Ciencias Económicas, Magister en Historia de Venezuela, Especialista en Economía Empresarial, Economista. Profesor de pregrado y postgrado en la UCV, Profesor Titular de pregrado y postgrado en la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales la UCAB Director del Programa de Postgrado en Instituciones Financieras y Coordinador del Programa de Estudios Avanzados en Gerencia Financiera, UCAB. Asesor Financiero y Empresarial. Ha trabajado en InvestAnalisis, S.A., Citibank Mercado de Capitales (Citimerca), Bolsa de Valores de Caracas y Banco Central de Venezuela. Editor del Blog http://temasdefinanzas.blogspot.com