Los bancos centrales están al borde de la victoria en su combate por controlar la inflación mundial, dijo el Banco de Pagos Internacionales (BPI).
Hay motivos para un «optimismo prudente», según el último informe trimestral del BPI, conocido como el banco central de los banqueros centrales por sus reuniones periódicas a puerta cerrada con los principales responsables de la política monetaria mundial.
«Los bancos centrales han tomado medidas decisivas para evitar que la inflación se consolide», dijo a la prensa Claudio Borio, jefe del Departamento Monetario y Económico del BPI. «Al mismo tiempo, la actividad económica se ha mostrado notablemente resistente y el sistema financiero ha aguantado bien».
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Reuters reseñó que el BPI se ha ido mostrando gradualmente más esperanzado sobre las perspectivas. A finales del año pasado, señaló que los avances en la lucha contra la inflación habían sido alentadores, pero subrayó que los bancos centrales no están fuera de peligro.
Si bien hubo la habitual cautela sobre la persistencia de los riesgos, Borio señaló esta vez cómo la «distancia» se había reducido significativamente entre el momento en que los mercados esperan que las tasas de interés comiencen a caer nuevamente y lo que los grandes bancos centrales han estado señalando.
«El hecho de que los mercados financieros hayan convergido con las opiniones de los bancos centrales sugiere que, al menos en esta ocasión, los bancos centrales tenían una mejor apreciación de los riesgos», afirmó Borio.
Presiones inflacionarias podrían hacerse más tenaces
El informe también analizó la obstinación de la inflación y cuáles serían las tasas neutrales en los que no son ni demasiado laxas ni demasiado restrictivas —o «r*», en el lenguaje de los economistas— tras la pandemia del COVID-19 y a medida que la desglobalización y el envejecimiento de la población reconfiguran las economías.
Asimismo, concluyó que las presiones inflacionarias podrían hacerse más tenaces a medida que las industrias de servicios aumentaran su peso en las economías, mientras que la r* podría ser ahora más alta, aunque calibrarla estaba plagado de incertidumbres.
En el contexto actual, se trata de un «indicador tan borroso» que «va a ser muy difícil utilizarlo de forma muy concreta a la hora de conducir la política monetaria», añadió Hyun Song Shin, jefe de Estudios del BPI.
También hubo una advertencia parcial sobre el alza vertiginosa de los grandes valores tecnológicos, especialmente los relacionados con el auge de la inteligencia artificial.
Nvidia, que cotiza en Estados Unidos y fabrica los chips que impulsan el software de Inteligencia Artificial, ha visto cómo sus acciones se han disparado otro 66% este año, tras una escalada de casi el 240% en 2023. Meta, propietaria de Facebook, también ha subido casi un 140% en los últimos 15 meses.
«Siempre que hay grandes cambios o posibles cambios en la tecnología, se producen estas enormes rachas de entusiasmo que impulsan al mercado hasta niveles extremos. Puede que lo estemos viendo de nuevo», dijo Borio. Sin embargo, dado que muchos otros mercados también han subido con fuerza este año, los inversores prevén «un aterrizaje muy, muy suave» para las grandes economías, añadió.
Con información de Reuters.