Tras liderar a los bancos centrales mundiales en el endurecimiento de la política monetaria a raíz de la pandemia del COVID-19, los principales bancos centrales de América Latina se enfrentan ahora a una nueva prueba para su credibilidad, a medida que aumenta la presión para relajar las tasas de interés, incluso en un contexto de resurgimiento de los temores inflacionistas, publicó Reuters.
La inflación en las principales economías de la región ha dejado de caer o incluso ha repuntado, mientras que la debilidad generalizada de las divisas hace más difícil digerir nuevos recortes de las tasas de interés ante la preocupación de que se importen más presiones sobre los precios.
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«Hemos llegado a una coyuntura crítica y los riesgos están aumentando», dijo Gerónimo Mansutti, analista de crédito para América Latina de Tellimer, en una nota a clientes.
«El empeoramiento de las expectativas de inflación, el aumento de la volatilidad en los mercados mundiales y la reciente debilidad de la moneda en todos los países LatAm-5, excepto Perú, han aumentado significativamente los riesgos a la baja».
Dijo que alcanzar los objetivos de inflación se ha vuelto más difícil en Chile, Colombia y México «mientras que pone en riesgo los progresos realizados en toda la región».
El Banco Central de Brasil, que durante meses se enfrentó a la presión del presidente Luiz Inácio Lula da Silva para recortar las tasas, mantuvo a finales de julio los costos de endeudamiento en el 10,5% por segunda reunión consecutiva. Los miembros de su consejo afirman que ahora ven más riesgos al alza que a la baja para la inflación y cada vez son más los economistas que predicen que Brasil podría iniciar un ciclo de subidas de tasas ya en septiembre.
Chile se mantuvo estable, mostrando una mayor cautela tras ocho recortes consecutivos de las tasas.
Otros países han mantenido su sesgo moderado. El Banco de la República de Colombia redujo su tasa de interés de referencia a finales de julio en 50 puntos básicos, hasta el 10,75%, en su sexto recorte desde diciembre. Perú recortó 25 puntos básicos, hasta el 5,5%, tras dos reuniones en suspenso.
Por su parte, el Banco de México, profundamente dividido, que durante meses había seguido el ejemplo de la Reserva Federal de Estados Unidos de no recortar las tasas, a principios de este mes bajó finalmente su tasa de referencia en 25 puntos básicos, hasta el 10,75%.
La gobernadora del Banco de México, Victoria Rodríguez, dijo a Reuters que esperaba que el reciente repunte de la inflación general fuera de corta duración y que, de confirmarse esta previsión, podrían producirse nuevos recortes de las tasas de interés.
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