Los bancos europeos redujeron significativamente el pasado año su dependencia en términos de financiación de los bancos centrales para volver a niveles precovid, antes de que se activaran mecanismos excepcionales para garantizar su liquidez, y los españoles se quedaron por debajo de la media.
La Autoridad Bancaria Europea (EBA) anunció este lunes que el porcentaje de financiación procedente de los bancos centrales en las 162 entidades de la muestra utilizada para medir ese parámetro pasó del 29,1% en diciembre de 2021 al 25,8% un año después.
En su informe anual sobre esa cuestión, la EBA indica que las entidades disminuyeron su dependencia de los bancos centrales a medida que reembolsaban gradualmente los fondos que habían recibido en préstamo, y el desencadenante de ese cambio de tendencia ha sido la subida de tipos de interés para tratar de controlar la inflación.
También puede leer:
Tarjetas de crédito y débito registrarán un rotundo cambio: así funcionarán a partir de 2024
La consecuencia es que los acuerdos de recompra se habían convertido en diciembre de 2022 en la principal fuente de financiación para los bancos, seguida de los bonos cubiertos y sólo después en tercer lugar los dispositivos de los bancos centrales, que ocupaban la primera posición un año antes.
La EBA hace notar que el coeficiente de financiación procedente de los bancos centrales se mantuvo relativamente alto, por encima de la media, en cinco países, tres de los cuales son las mayores economías del Viejo Continente: Alemania (32,8%), Italia (27,7%) y Francia (27,4%).
Los otros dos son nórdicos: Dinamarca, que se distinguió como el país cuyos bancos más recurrieron a la financiación de su banco central (49,2%), y Finlandia (28,6%).
España, por su parte, pasó de una tasa del 25,5% al terminar 2021 al 21,1% en diciembre de 2022, lo que significa una reducción de 4,5 puntos, superior a los 3,3 puntos de reducción en el conjunto de los 29 países europeos analizados, que son no sólo los de la eurozona, sino también otros miembros de la Unión Europea (UE) o del Espacio Económico Europeo (EEE), como Noruega.
De hecho, la EBA indica que los coeficientes de dependencia más bajos se daban al finalizar 2022 sobre todo en países que no forman parte de la zona euro, y que por tanto no pueden recurrir a los mecanismos del Banco Central Europeo (BCE), sino de sus respectivos bancos centrales.
Así, hubo porcentajes inferiores al 5% en Polonia (4,1%), Croacia (3,9%), Bulgaria (3,6%) y Rumanía (1,4%), así como en Eslovenia (3,2%), que sí pertenece a la eurozona.
EFE