El lunes 22 de enero la administración del presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, presentó un plan para invertir 300 mil millones de reales, unos 60 mil millones de dólares, en las industrias envejecidas brasileñas.
Pero los inversores recibieron con escepticismo este impulso por considerar que tiene errores en su diseño y tamaño.
Ante la medida, Alberto Ramos, analista de América Latina de Goldman Sachs Group, una firma que proporciona servicios financieros a corporaciones, instituciones financieras e inversionistas, sostuvo que el mercado es muy escéptico ante los grandes programas de política industrial. “Esto se intentó en el pasado y fue un fracaso espectacular”.
Malestar del mercado en Brasil
“La debilidad del real brasileño y de los activos brasileños en general atestiguan el malestar del mercado con este tipo de políticas”, agregó Ramos.
El real brasileño perdió un 1,2%, quedando por detrás de todas las principales monedas del mundo y cotizando al nivel intradiario más débil desde noviembre del 2023, entretanto, los operadores se preocupaban por el impacto fiscal del plan.
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Los bonos soberanos de Brasil también tuvieron un desempeño inferior: los bonos con vencimiento en 2045 cayeron más de 1 centavo por dólar.
Al igual que el paquete de inversión en infraestructura que el gobierno brasileño lanzó en 2023, el plan industrial se basa en gran medida en un programa en el que se apoyó Lula da Silva durante su presidencia anterior, de 2003 a 2010.
Guilherme Foureaux, gerente de cartera de Truxt Investimentos en Río de Janeiro, advierte que los riesgos fiscales podrían profundizar el desafío que enfrenta el ministro de Finanzas, Fernando Haddad, mientras busca cumplir sus promesas de eliminar el déficit primario de Brasil, que excluye los pagos de intereses, este año.
Con información de Bloomberg Línea.