Criptomonedas y nuevos retos profesionales
Camilo London.- Comparto con los lectores de FINANZAS DIGITAL algunas de las anotaciones que en el Blog Gerencia y Tributos he adelantado sobre los retos que la tendencia “cripto” plantea a los profesionales de las ciencias económicas, respecto a la pertinencia y aplicaciones que esta corriente tiene en el ámbito de las materias que les son afines.
Son muchos los que están nadando en el sentido de la acelerada corriente de las denominadas “Criptomonedas”, entre ellos, reconocidas Universidades, prestigiosas organizaciones del gremio profesional vinculado al área económica, tenemos también a inversionistas y a los promotores de las nuevas tecnologías de la información aplicada a las finanzas o el “FINTECH”, así como una multitud de entusiastas del “Blockchain” y sus ramificaciones.
Se dice que la mega tendencia global no fue creada, pero si impulsada por Satoshi Nakamoto, seudónimo de un personaje mítico a quien se atribuye la creación del BITCOIN que parece salido de una caricatura posmodernista con un guion de autores desconocidos, mismo que de forma disruptiva busca cambiar el orden económico signado por el sistema monetario internacional.
De la misma forma en que las redes sociales recientemente irrumpieron en la vida del ser humano dejando poca oportunidad para escuchar con suficiente detenimiento a quienes alertaban sobre la drástica forma en que la mismas provocarían cambios significativos en la manera de relacionarnos y especialmente de comunicarnos, saltándose y vulnerando muchas veces las garantías que se habían construido por décadas respecto a la convivencia en sociedad y especialmente a los derechos a la privacidad o confidencialidad de la información personal; hoy asistimos a una CriptoRevolución o CriptoTendencia que se apodera rápidamente de los espacios cotidianos a nivel global.
En un entramado de nuevos términos y muchos gurús que los citan incesantemente dando fuerza a la tendencia, se erige la hipótesis de que subyace en ellos una neolengua Orwelliana destinada al encauzamiento de muchas mentes en el criterio de la aceptación del valor que debe atribuírsele a las nuevas actoras. Por este medio tenemos que la sola composición de la expresión o acrónimo criptomoneda o cryptocurrency, nos insinúa la analogía con las monedas “reales” que conforman el sistema monetario global. Pero, ¿Son las criptomonedas realmente unas monedas?
Ya hay cierto consenso respecto a que las monedas virtuales, como también se les denomina, no son monedas en el sentido estricto de la palabra y no se les debe atribuir ese mismo valor. Quienes atienden a esta posición técnica, ofrecen que alternativamente se les califique como “criptoactivos” o “activos digitales”. Pero paradójicamente al hacerlo nos encaminan a la creencia de que los mismos son de verdad “activos”, es decir, algo que existe y tiene valor incluso como intangible. Pero ¿Son estos objetos virtuales un activo en el ámbito financiero?; Ese es otro debate esencial que se viene dando en el campo de la contaduría pública a nivel mundial.
No hay duda de que hay una saturación por sobreexposición al tema de las criptomonedas. Esta se difunde rápidamente en las redes sociales, aunque han surgido iniciativas de limitar su publicidad en esos espacios. Hay también una dinámica actividad en los medios de comunicación convencionales como el televisivo, radio y prensa, así como en distintos círculos de discusión académica.
El nuevo paradigma tecnológico inherente a la cadena de bloques o blockchain y sus derivados, bajo un protocolo descentralizado y público, es sin duda una concepción revolucionaria que generará cambios en la sociedad, como siempre lo ha hecho el avance de la tecnología.
Son muchos los ámbitos en los que la nueva tendencia cripto tiene connotación, el contable, el tributario, el contractual y el jurídico en general, son apenas algunos de ellos. Incluso, el Blockchain y sus protocolos tienen una diversidad de aplicaciones que pueden desarrollarse y evolucionar fuera de la concepción inicial de las monedas digitales.
No se trata de estar a priori en contra o en favor de la criptotendencia, sino de ser lo suficientemente racionales frente a la tentativa de dejarnos llevar por la euforia o el escepticismo, según sea el caso. El rol de los profesionales de las ciencias económicas y jurídicas debería entonces encaminarse en fungir como el cable a tierra para que los soñares no pierdan irremediablemente el rumbo, pero claro está, sin truncar su vuelo.
El cambio está ya en marcha y no se detendrá a esperarnos. En este sentido es meritoria la iniciativa que desde varias instituciones universitarias en el país, como es el caso la FACES de la Universidad de Carabobo, se han planteado con la incorporación de una asignatura relativa a la criptotendencia. Plausible resulta también el esfuerzo que el gremio de la Contaduría Pública viene impulsando en la conformación de grupos de investigación para el análisis de esta temática y su impacto en la información financiera que deben revelar las entidades al público.
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Licenciado en Administración Comercial de la Universidad de Carabobo, con especialización en finanzas y gestión de tributos, docente UCAB en Cátedra Tributaria, Consultor empresarial, Editor del Blog GERENCIA Y TRIBUTOS (gerenciaytributos.blogspot.com).