El Senado mexicano aprobó una iniciativa que entregará a la presidenta Claudia Sheinbaum más control sobre las empresas energéticas estatales, lo que ampliaría el papel del gobierno como el mayor actor del país en el sector.
El Senado votó 86 votos a favor y 39 en contra del cambio que reclasificaría a Petróleos Mexicanos y a la Comisión Federal de Electricidad como “empresas públicas”, lo que le da al gobierno más control sobre ellas y ya no les exige que generen ganancia.
Anteriormente, las empresas estaban clasificadas como “empresas productivas del Estado”, que reciben un apoyo limitado y tienen que ser rentables.
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La legislación también eliminaría las concesiones de litio y reservaría el sector al gobierno nacional, publicó Bloomberg.
El proyecto de ley deberá aprobarse en las legislaturas estatales, donde la coalición gobernante tiene amplias mayorías, antes de llegar al escritorio de la presidenta para convertirse en ley.
La reclasificación fue propuesta inicialmente por el mentor y predecesor de Sheinbaum, el expresidente Andrés Manuel López Obrador, y garantizará que el gobierno controle el 54% del suministro eléctrico doméstico, mientras que el resto será gestionado por empresas privadas.
Los críticos temen que esta medida desincentive la inversión privada, especialmente en transmisión de electricidad, y obstaculice la transición hacia una economía sin combustibles fósiles.
La reforma garantizará que Pemex y CFE tomen decisiones alineadas con los intereses del gobierno mexicano y no del sector privado, afirmó la secretaria de Energía, Luz Elena González, la semana pasada durante la conferencia de prensa diaria del presidente.
Pemex, la petrolera más endeudada del mundo, ha tenido dificultades en los últimos años para aumentar la producción de crudo —que se ha desplomado a la mitad de su pico de hace 20 años— y liberarse de su carga de deuda de casi 100 mil millones de dólares.
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