La inflación en Estados Unidos tuvo un leve retroceso en marzo, reflejando una disminución en el índice de precios al consumidor (IPC-U) del 0,1% sobre una base ajustada estacionalmente, según informó la Oficina de Estadísticas Laborales de EE.UU. Este descenso se produce después de un aumento del 0,2% registrado en febrero.
En términos interanuales, el índice de todos los artículos mostró un incremento del 2,4%, una ligera moderación respecto al 2,8% reportado en febrero.
Uno de los principales factores detrás de esta desaceleración inflacionaria fue la caída en el precio de la energía, que registró una baja del 2,4% en marzo. En particular, el índice de gasolina se desplomó un 6,3%, contrarrestando el aumento de los precios de electricidad y gas natural.
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Por otro lado, los costos de los alimentos continuaron su tendencia alcista, con un aumento del 0,4% en marzo. El índice de comida en casa subió un 0,5%, mientras que el de comida fuera del hogar se elevó un 0,4%.
El índice de todos los artículos, excluyendo alimentos y energía, mostró un leve incremento del 0,1% en marzo, marcando una reducción respecto al alza del 0,2% de febrero. Entre los rubros que impulsaron esta subida se encuentran el cuidado personal, atención médica, educación, ropa y vehículos nuevos. Por el contrario, las tarifas aéreas, seguros de vehículos motorizados, automóviles y camiones usados, así como el sector recreativo, experimentaron descensos en sus precios.
En el acumulado de los últimos 12 meses, la inflación general se situó en el 2,4%, mientras que el índice subyacente—que excluye los precios volátiles de los alimentos y la energía—subió un 2,8%, su menor incremento interanual desde marzo de 2021.
Con este panorama, los analistas siguen atentos a la evolución de los precios y las decisiones de política monetaria que podrían tomar la Reserva Federal en respuesta a estos datos.