El aumento del rendimiento de los bonos del Tesoro de Estados Unidos y de las tasas de las hipotecas sobre viviendas puede reducir el apoyo de la Reserva Federal a nuevas alzas de las tasas de interés, cuyas perspectivas ya han ido menguando por la desaceleración de la inflación.
La Fed elevó las tasas en su reunión de julio en un cuarto de punto porcentual, hasta el rango del 5,25%-5,5%, una medida ampliamente esperada por los inversores, que la interpretaron como el último paso de la entidad en una agresiva campaña de alzas de tasas de 16 meses para frenar la inflación más alta en 40 años.
Sin embargo, desde entonces el rendimiento de los bonos a 10 años ha subido de forma vertiginosa, pasando del 3,86% el día de la decisión de la Fed del 26 de julio al 4,32% del jueves. Asimismo, los tipos de las hipotecas a 30 años subieron al 7,09%, superando el nivel del 7% por primera vez desde noviembre y marcando un máximo de más de 20 años.
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Los mercados bursátiles -que pueden ofrecer a los inversores una mayor rentabilidad, pero también un mayor riesgo frente a activos menos volátiles como los bonos– han bajado, y el S&P 500 ha revertido una subida de cinco meses para caer alrededor de un 2,6% desde la última reunión de la Fed.
Los inversores en contratos vinculados a la tasa referencial de la Fed se sumaron a las apuestas de que no subirá más, una opinión compartida por 99 de los 110 economistas sondeados por Reuters esta semana, que también ven en declive el riesgo de recesión en Estados Unidos.
La reciente alza de los retornos ha sido lo suficientemente rápida y sorprendente como para que «la Fed vigile con atención la evolución del mercado de renta fija y las repercusiones más amplias en los mercados de activos«, dijo Krishna Guha, de Evercore ISI.
La Fed vigila una serie de precios de activos en su supervisión de la economía, incluidas las acciones, los precios de la vivienda y los bonos corporativos.
«Un aumento de los rendimientos de esta magnitud representa un serio endurecimiento de las condiciones financieras en el marco estándar de la Fed», lo suficiente como para que la entidad quiera «evitar el apilamiento» con un mayor endurecimiento propio, dijo Guha, exfuncionario del banco central estadounidense en Nueva York.
Para la Fed, el aumento de los retornos puede ayudar a resolver una cuestión que ha preocupado a las autoridades monetarias en los últimos meses: si los mercados financieros y la economía se habían adaptado plenamente a las alzas de tasas impuestas desde el año pasado, o si todavía faltaba un endurecimiento de los costos de endeudamiento basados en el mercado.
De hecho, muchos funcionarios de la Fed se han mostrado perplejos ante la reciente relajación de las condiciones financieras, con la subida de los mercados de renta variable y de algunos índices de precios de la vivienda pese a los aumentos de tasas y una retórica de línea dura que aseguró que los tipos se mantendrán altos durante el tiempo necesario para garantizar que la inflación vuelva al objetivo del 2%.
Un nuevo índice de las condiciones financieras de la Fed lleva cayendo desde diciembre y algunas autoridades han citado el aumento del valor de la vivienda y otros factores como prueba de que la política monetaria no está teniendo tanto impacto como se esperaba, y que podría ser necesario subir aún más las tasas.
En la reunión de julio de la Fed, la mayoría de sus funcionarios opinaron que las tasas tendrían que subir más, ya que las principales medidas de inflación siguen siendo más del doble del objetivo fijado del 2%.
El crecimiento económico general también ha seguido superando las expectativas, con un sólido reporte de ventas minoristas de julio como último ejemplo de la sorprendente fortaleza de la economía, lo que representa otro enigma para las autoridades monetarias, que esperan una ralentización para que la inflación siga desacelerándose.
Normalmente, los responsables de la Fed verían en este tipo de fortaleza económica una razón para que la inflación se mantuviera alta y requiriera nuevas alzas de tasas. No obstante, el aumento de los rendimientos es sostenido, lo que podría mostrar que el mercado de bonos aumenta el costo de los préstamos y ralentiza la economía por sí mismo.
Al final, la forma en que la Fed equilibre estas dos interpretaciones dependerá probablemente de si los próximos datos muestran que la inflación sigue desacelerándose mientras el crecimiento del empleo y de los salarios se ralentiza hacia los niveles anteriores a la pandemia.
«Es posible que se necesite un aumento sostenido del rendimiento de los bonos a 10 años para ralentizar la economía y el sector inmobiliario en particular para volver a alcanzar el objetivo de inflación del 2%», escribieron economistas del Citi.
Reuters