El Banco Central Europeo (BCE) decidió este jueves subir sus tasas de interés en un cuarto de punto porcentual, hasta el 4,25% -una tasa que no alcanzaba desde julio de 2008-, con el objetivo de contener la elevada inflación.
Tras la reunión del Consejo de Gobierno, el BCE informó de que también incrementa en 25 puntos básicos la facilidad de crédito, a la que presta a los bancos a un día, hasta el 4,50%, y la facilidad de depósito, a la que remunera el exceso de reservas a un día, hasta el 3,75%, con efectos a partir del 2 de agosto de 2023.
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«La inflación continúa disminuyendo, pero aún se espera que siga siendo demasiado alta durante demasiado tiempo«, dijo el BCE tras la reunión.
La entidad monetaria prevé que «la inflación continuará descendiendo durante el resto del año, pero se mantendrá por encima del objetivo durante un período prolongado» y observa que aunque «algunos indicadores muestran signos de moderación, la inflación subyacente se mantiene en niveles, en general, elevados».
El BCE considera que las anteriores subidas de las tasas de interés siguen transmitiéndose con fuerza y llegan a la economía porque endeudarse es más caro y más difícil, ya que las condiciones de financiación han vuelto a endurecerse y frenan cada vez más la demanda, lo que es un factor importante para que la inflación vuelva al objetivo del 2%.
El Consejo de Gobierno tomará sus próximas decisiones sobre los tipos de interés según «las perspectivas de inflación teniendo en cuenta los nuevos datos económicos y financieros, la dinámica de la inflación subyacente y la intensidad de la transmisión de la política monetaria», añade el BCE en un comunicado.
El BCE prevé reinvertir el principal de los bonos adquiridos durante la pandemia que vayan venciendo al menos hasta el final de 2024.
EFE