La agencia de medición de riesgo Fitch ha mejorado la calificación de la deuda a largo plazo de la petrolera española Repsol un escalón, desde el aprobado (BBB) hasta el aprobado alto (BBB+), a la vez que mantiene su perspectiva en «estable», igual que hicieron recientemente sus homólogas S&P y Moody’s.
En su informe, Fitch destaca la sólida posición financiera de Repsol, caracterizada por un fuerte desapalancamiento, una sólida ejecución operativa continuada en sus principales líneas de negocio, la inversión continuada en negocios con bajas emisiones de carbono y una gestión financiera prudente.
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Asimismo, destaca la entrada del fondo estadounidense EIG en el capital de su negocio de exploración y producción («upstream»), con un 25%, que aportará a la compañía flexibilidad financiera.
La mejora de Fitch se suma las realizadas en los últimos meses por Moody’s y S&P.
Concretamente, la primera de ellas mejoró la calificación de Repsol a Baa1 desde Baa2, también un aprobado alto, manteniendo la perspectiva en estable, mientras que S&P la subió un escalón, hasta BBB+ (aprobado alto), con perspectiva positiva.
Tras un 2022 récord, la compañía obtuvo un beneficio neto de 1.112 millones de euros en el primer trimestre, un 20,1% menos, en un contexto de caída del precio del crudo.
EFE