El Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM) emitieron el 7 de septiembre un comunicado conjunto en el que se comprometen a aumentar su colaboración en tres áreas claves: la crisis climática, la deuda y la transición digital.
«El mundo enfrenta importantes desafíos económicos, la amenaza existencial de la crisis climática, así como una transición digital» en un contexto con «shocks más frecuentes, altos niveles de deuda» y «crecientes tensiones geopolíticas», afirmaron en el comunicado la directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva, y el presidente del BM, Ajay Banga.
En este contexto, es «fundamental» contar con «políticas bien diseñadas» y «en la secuencia adecuada» para ayudar a acelerar el crecimiento, aliviar los conflictos políticos y apoyar las transiciones verde y digital.
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«Las instituciones de Bretton Woods tienen un papel fundamental que desempeñar para ayudar a los países miembros a abordar los desafíos y aprovechar las oportunidades, trabajando en estrecha colaboración», afirmaron.
Como han señalado el FMI y el BM en sus previsiones macroeconómicas, el crecimiento de la economía mundial se ha desacelerado y las perspectivas a medio plazo se encuentran en su punto más débil en más de tres décadas.
La economía mundial crecerá un 3% este año, según el último informe de perspectivas económicas publicado por el FMI en julio, en el que se alerta de riesgos globales que podrían bajar la cifra, como la persistente inflación, futuras vulnerabilidades en el sistema financiero o que China crezca menos de lo esperado.
El FMI estima además que vendrán años complicados para la economía global, que crecerá en torno al 3% durante los próximos cinco años, el pronóstico de crecimiento a mediano plazo más bajo desde 1990, y muy por debajo del promedio del 3,8% de las últimas dos décadas.
Por su parte, en el último informe de perspectivas globales publicado en junio, el Banco Mundial situó en el 2,1% su estimación de crecimiento global para este 2023.
A todo esto se suma que el mundo enfrenta «fragmentación geoeconómica, desastres naturales extremos exacerbados por el cambio climático y niveles crecientes de deuda pública».
Así, puesto que los desafíos «son demasiado grandes» para que los actores individuales los afronten, «las instituciones financieras internacionales, los Gobiernos nacionales, las fundaciones filantrópicas y el sector privado deben trabajar juntos», sostuvieron Georgieva y Banga.
«Hoy necesitamos mejorar aún más nuestra colaboración, en particular en lo que respecta al cambio climático, las renovadas vulnerabilidades elevadas de la deuda y la transición digital», añade el comunicado, en el que se ofrecen algunas líneas generales de la colaboración.
En temas de cambio climático, ambas instituciones llevarán a cabo reuniones periódicas del nuevo Grupo Asesor sobre el Clima del Banco y el Fondo para discutir compromisos a nivel global y nacional.
En temas de deuda, ambas instituciones se comprometieron a trabajar para ayudar a prevenir una mayor acumulación de vulnerabilidades de la deuda y tratarán de mejorar el Marco conjunto de sostenibilidad de la deuda de los países de bajos ingresos para responder mejor a los desafíos actuales.
Y sobre transición digital, las dos organizaciones se comprometieron a intensificar el trabajo conjunto para ayudar a los países a aumentar la eficacia de los sistemas de recaudación de ingresos y gastos en los gobiernos.
Este compromiso, que tiene lugar tres meses después de que Banga asumiera su cargo como nuevo presidente del Banco mundial, llega después de que el día 31 la institución firmara un acuerdo similar con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
El memorando de entendimiento fue firmado en la sede del BID en Washington DC y a la firma asistieron el presidente del BID, Ilan Goldfajn, y Banga, quienes se comprometieron para trabajar en la lucha contra la deforestación del Amazonas, el fortalecimiento del Caribe ante los desastres naturales y la reducción de la brecha digital en Latinoamérica.
EFE