La Organización Mundial de la Salud (OMS) publicó un informe sobre la consulta técnica mundial en el que se introduce una terminología actualizada para los patógenos transmitidos por el aire.
Entre los patógenos abarcados figuran los que provocan infecciones respiratorias, por ejemplo, la COVID-19, la gripe, el sarampión, el síndrome respiratorio agudo severo (SRAS), el síndrome respiratorio de Oriente Medio (MERS) y la tuberculosis, entre otras.
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La publicación, titulada Global technical consultation report on proposed terminology for pathogens that transmit through the air (Informe sobre la consulta técnica mundial relativa a la terminología propuesta para los patógenos transmitidos por el aire), es el resultado de una amplia labor de colaboración plurianual y refleja un acuerdo compartido sobre terminología entre la OMS, los expertos y cuatro importantes organismos de salud pública: los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de África; el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades de China; el Centro Europeo para la Prevención y el Control de las Enfermedades; y los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de los Estados Unidos de América.
Una nota que publicó la OMS en su portal web, apunta que el acuerdo pone de relieve el compromiso colectivo de los organismos de salud pública para avanzar juntos en esta materia.
El proceso de consultas se llevó a cabo en varias etapas entre 2021 y 2023, y su objetivo era abordar la falta de una terminología común para describir la transmisión de patógenos por el aire en las distintas disciplinas científicas.
El problema se hizo especialmente evidente durante la pandemia de COVID-19, durante la cual expertos de diversos sectores tuvieron que proporcionar orientación científica y normativa. La diversidad de terminologías puso de manifiesto algunas diferencias de comprensión y contribuyó a dificultar la comunicación pública y los esfuerzos por frenar la transmisión del patógeno.
Un nuevo camino para las agendas de investigación
El Dr. Jeremy Farrar, Director Científico de la OMS, ha declarado: «Nos complace haber podido abordar esta cuestión compleja y urgente y llegar a un consenso en colaboración con un amplio abanico de organismos de salud pública y expertos en múltiples disciplinas. La terminología acordada para los patógenos transmitidos por el aire ayudará a abrir un nuevo camino para las agendas de investigación y para la puesta en práctica de intervenciones de salud pública destinadas a la detección y notificación de patógenos existentes y nuevos, así como a la respuesta frente a ellos.»
Como resultado de las amplias consultas celebradas, se introdujeron los siguientes descriptores comunes para caracterizar la transmisión de patógenos por el aire (en circunstancias típicas):
- Las personas infectadas por un patógeno respiratorio pueden generar y expulsar partículas infecciosas que contengan el patógeno a través de la boca o la nariz al respirar, hablar, cantar, escupir, toser o estornudar. Estas partículas deberían describirse con la expresión «partículas respiratorias infecciosas» o PRI.
- Las PRI existen en un espectro continuo de tamaños, y no deberían utilizarse puntos de corte específicos para distinguir las partículas más pequeñas de las más grandes. De este modo se facilita el abandono de la dicotomía propia de los términos utilizados anteriormente: «aerosoles» (partículas generalmente más pequeñas) y «gotículas» (partículas generalmente más grandes).
El descriptor «por el aire» puede utilizarse de forma general para caracterizar una enfermedad infecciosa en la que el principal modo de transmisión consista en que el patógeno se desplace por el aire o quede suspendido en él. Bajo la etiqueta de «transmisión por el aire», se pueden utilizar dos descriptores:
- Transmisión aérea o inhalación, en los casos en que las PRI son expulsadas al aire e inhaladas por otra persona. La transmisión aérea o la inhalación pueden producirse a corta o larga distancia de la persona infecciosa dependiendo de varios factores (flujo de aire, humedad, temperatura, ventilación, etc.). En teoría, las PRI pueden entrar en el organismo en cualquier punto del tracto respiratorio humano, aunque los lugares de entrada preferidos pueden ser específicos para cada patógeno.
- Depósito directo, en los casos en que las PRI son expulsadas al aire por una persona infecciosa y luego se depositan directamente en la boca, la nariz o los ojos expuestos de otra persona cercana, entrando entonces en el sistema respiratorio humano y causando potencialmente una infección.
Este proceso de consultas constituyó la primera fase de una serie de debates científicos mundiales dirigidos por la OMS. Las fases siguientes incluirán nuevas investigaciones técnicas y multidisciplinares y la exploración de las implicaciones más amplias de la aplicación de los descriptores actualizados.