La pobreza extrema está creciendo a un ritmo alarmante en las 39 economías del mundo afectadas por conflictos e inestabilidad, según una evaluación reciente del Banco Mundial. Estas regiones, golpeadas por décadas de fragilidad institucional, enfrentan retrocesos sociales y económicos que las alejan aún más de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
De acuerdo con el informe, más de 421 millones de personas viven con menos de USD 3 al día en estos países, superando la cifra total de pobreza extrema del resto del mundo combinado. Para 2030, esta cifra podría aumentar a 435 millones, lo que equivaldría a casi el 60% del total global de personas en pobreza extrema.
“El mundo ha centrado su atención en conflictos como Ucrania y Medio Oriente, pero el 70% de las personas que sufren los efectos de los conflictos están en África”, afirmó Indermit Gill, economista en jefe del Grupo Banco Mundial. “La mitad de estos países llevan más de 15 años en estado de conflicto o inestabilidad. La miseria, en esta escala, se vuelve contagiosa”.
Rezago económico y deterioro social
Las cifras del Banco Mundial revelan que desde 2020, el PIB per cápita de estas economías ha caído en promedio 1,8% anual, mientras que en el resto de los países en desarrollo creció un 2,9%. Además, sus niveles de ingreso per cápita (USD 1.500 anuales) no han mejorado desde 2010, a diferencia del promedio de USD 6.900 en otras economías emergentes.
Las tasas de mortalidad infantil duplican las de otras regiones y la esperanza de vida es siete años menor. Cerca del 90% de los niños en edad escolar no alcanzan niveles mínimos de lectura, y la inseguridad alimentaria aguda afecta al 18% de la población, 18 veces más que en economías estables.
En 2022, más de 270 millones de personas estaban en edad laboral en estas economías, pero solo la mitad tenía empleo. Esto evidencia una crisis de empleabilidad agravada por la falta de inversión y crecimiento económico.
La urgencia de prevenir antes que reaccionar
El informe resalta que, históricamente, los conflictos intensos generan pérdidas de hasta 20% del PIB per cápita en cinco años. Por eso, el Banco Mundial insiste en fortalecer sistemas de alerta temprana para prevenir brotes de violencia, y destaca que abordar la fragilidad institucional es clave para evitar el estancamiento.
“El estancamiento ha sido la norma durante los últimos 15 años”, señaló M. Ayhan Kose, director del Grupo de Perspectivas del Banco Mundial. “Sin reformas internas y cooperación internacional decidida, estas economías no podrán revertir su situación”.
Recursos, población joven y energía verde: oportunidades ocultas
No todo es pesimismo. El informe subraya que estas economías poseen recursos naturales estratégicos, como minerales esenciales para la transición energética (litio, cobalto, níquel), que representan más del 13% del PIB en promedio, el triple que en otras regiones. Países como la República Democrática del Congo, Mozambique o Zimbabue podrían liderar mercados de energías limpias si se aseguran condiciones de gobernabilidad y estabilidad.
Además, estas regiones cuentan con un bono demográfico en crecimiento: se espera que para 2055, dos de cada tres personas estén en edad laboral, superando a cualquier otra región del planeta. Pero este potencial solo podrá materializarse si se amplían las inversiones en educación, salud, infraestructura y se fomenta un sector privado productivo y formal.
Fuente: Banco Mundial
