La Reserva Federal (Fed) de EE.UU. reanudó este miércoles las subidas de las tasas de interés, tras decidir una pausa en junio, al aumentar las tasas 0,25 puntos porcentuales.
De esta manera, las tasas pasan a situarse en una horquilla de entre el 5,25% y el 5,5%, alcanzando su máximo nivel desde 2001.
Los miembros del Comité Federal de Mercado Abierto de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) adoptaron esta decisión tras una reunión de dos días en la que han evaluado el resultado de la política monetaria alcista aplicada durante el último año para combatir la inflación.
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En un comunicado, la Fed explicó que los indicadores más recientes apuntan a que la actividad económica se ha expandido a un «ritmo moderado».
Pese a que la creación de puestos de trabajo ha sido «sólida en los últimos meses» y la tasa de desempleo ha permanecido baja, «la inflación continúa elevada».
Destacó que el sistema bancario es fuerte y resistente, aunque consideró que es probable que las ajustadas condiciones de crédito para las familias y empresas «pesen» sobre la actividad económica, las contrataciones y la inflación.
«El alcance de estos efectos sigue siendo incierto. El Comité (Federal del Mercado Abierto) permanece muy atento a los riesgos de inflación», señala el texto.
La Fed remarcó que su objetivo es lograr el máximo empleo y una tasa de inflación del 2% en el largo plazo y que, debido a ello, ha decidido retomar las subidas de las tasas
De cara al futuro, anticipó que seguirá evaluando los datos e implicaciones de sus medidas, además de tomar en cuenta el endurecimiento acumulado de su política monetaria, el retraso de sus efectos sobre economía y la inflación, y la evolución económica y financiera.
Además, «el Comité seguirá reduciendo su tenencia de valores del Tesoro y la deuda de las agencias y de los valores respaldados por hipotecas», reveló.
La Fed adelantó que seguirá analizando los datos que le lleguen sobre las perspectivas económicas del país y posibles riesgos que puedan surgir para ajustar su postura monetaria.
El banco central estadounidense subió hoy las tasas después de que en su encuentro de junio los mantuviera sin cambios, aunque en aquel entonces no descartó aumentos en el futuro si la inflación seguía elevada.
La tasa de inflación en Estados Unidos cayó en junio un punto, hasta el 3%, colocándose en su nivel más bajo desde antes de la pandemia de covid-19, pero continúa lejos del objetivo del 2%.
La inflación estadounidense ha bajado durante 12 meses consecutivos desde que en junio de 2022 batiera su récord de los últimos 40 años al colocarse en el 9,1%.
Ante esta inflación desbocada como consecuencia de la pandemia de COVID-19 y de la invasión rusa de Ucrania, la Fed comenzó el 17 de marzo de 2022 a subir las tasas. Lo hizo con 25 puntos básicos y subió 50 más en mayo.
Después comenzó a apretar el acelerador y realizó cuatro subidas de 75 puntos básicos. En diciembre aumentó medio punto y este año comenzó a ralentizar el ritmo con tres alzas de 25 puntos básicos.
La relajación del ritmo se hizo más necesaria tras la incertidumbre desatada en el sistema bancario por la quiebra del Silicon Valley Bank (SVB) y el Signature Bank y el rescate del First Republic Bank, que las autoridades estadounidenses lograron contener.
El mercado laboral sigue siendo fuerte, y en junio se crearon 209.000 empleos netos, mientras que la tasa de desempleo bajó una décima hasta situarse en el 3,6%.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) cree que «no es momento» para que la Fed y el Banco Central Europeo (BCE) empiecen a relajar su política monetaria, porque la inflación está aún lejos de los objetivos del 2%.
EFE