Con el cambio de año, Suiza comenzará a imponer a las firmas multinacionales una tasa impositiva del 15%, como parte de la reforma fiscal global diseñada por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y los países del G20.
La fecha de entrada en vigor de este impuesto no fue confirmada hasta el pasado 22 de diciembre por el Consejo Federal (Ejecutivo), ante la reticencia de algunas comisiones del Parlamento a introducir tan rápidamente una reforma que sólo había sido aprobada en Suiza mediante referéndum el pasado 18 de junio.
También puede leer:
Huawei prevé un aumento del 9% en sus ventas para 2023
Ante el argumento de que países del G20 como EE.UU., China, India o Arabia Saudí aún no introducirán esta tasa, el Gobierno sostiene que el mismo 1 de enero entrará en vigor en economías más cercanas como la Unión Europea o el Reino Unido, por lo que un retraso en su introducción podría suponer una fuerte pérdida de ingresos fiscales.
Si un país no la aplica, esos impuestos suplementarios pueden ser exigidos en otra economía donde la multinacional tenga su sede central, por lo que Suiza, según los partidarios de la introducción de esta tasa, debe aplicarla para evitar un trasvase fiscal indeseado.
La tasa será aplicada a las firmas cuyo volumen de negocios supere los 750 millones de euros, un umbral que en Suiza rebasan unos cientos de empresas nacionales (aunque las que operan únicamente en el país no tendrán que pagarla) y varios millares de compañías extranjeras.
La tasa se pondrá en vigor mediante un impuesto complementario nacional que cubrirá la diferencia entre los cantones (en su mayoría con tasas inferiores al 15%), una medida con la que se espera lograr unos ingresos fiscales suplementarios de entre 1.000 y 2.500 millones de francos suizos (1.060-2.600 millones de euros).
EFE