El Banco de la República, autoridad monetaria de Colombia, decidió este viernes mantener la tasa básica de interés, fijada en abril pasado en el 13,25%, porque considera que todavía existen presiones inflacionarias en el país, pese a las peticiones para iniciar un ciclo de recortes.
La Junta Directiva de la entidad señaló en un comunicado que «a pesar de la reducción de la inflación anual, su nivel se mantuvo alto y alejado de la meta» del 3% establecida como centro de la política monetaria.
«La mayoría de la Junta considera que con la información disponible no es prudente iniciar un proceso de reducción de las tasas de interés, cuya sostenibilidad en el tiempo enfrentaría riesgos importantes», agregó la información.
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La institución agregó que «la inflación total en agosto fue de 0,7%, por encima del 0,5% esperado por el equipo técnico y el mercado» y que «en términos anuales la inflación total se ubicó en 11,4%, descendiendo por quinto mes consecutivo», nivel todavía alto para iniciar un ciclo de reducción de los intereses.
El Gobierno colombiano y los gremios de la producción pidieron a comienzos de este mes al Banco de la República que empiece a bajar los intereses teniendo en cuenta que «los riesgos inflacionarios de meses atrás hoy se encuentran acotados» y para dar un impulso a la actividad económica.
Esa petición cuenta con el apoyo del presidente colombiano, Gustavo Petro, quien este viernes insistió en esa petición al banco emisor.
«Acompaño al empresariado colombiano en su propuesta de empezar a bajar la tasa de interés. Es hora de hacer crecer la economía, la producción y la justicia social», manifestó Petro en un mensaje publicado este viernes en la red X (antes Twitter).
Sin embargo, el Banco de la República, que goza de autonomía en sus decisiones, señaló que «las expectativas de inflación que se extraen de los mercados financieros también aumentaron entre agosto y septiembre».
«La Junta subraya que una inflación alta genera elevados costos para la economía en términos de crecimiento y equidad, y dificulta el financiamiento a largo plazo para los sectores público y privado. Adicionalmente, introduce distorsiones en la asignación de recursos y genera redistribuciones en contra de los estratos de ingresos bajos de la población», añadió el comunicado.
EFE