El desempleo en América Latina y el Caribe habría caído en el 2023 a niveles de hace nueve años, pero una desaceleración de la economía prevista para el 2024 podría revertir este avance luego de los efectos negativos de la pandemia, dijo este martes la OIT.
La Organización Internacional del Trabajo (OIT) señaló en un informe que en el 2023 el desempleo regional cerraría en un 6,3%, menor al 7,2% del año pasado y muy por debajo de la tasa de desocupación de 10,6% en el 2020, cuando las restricciones por el coronavirus dejaron a millones sin puestos de trabajo.
El desempleo regional este año fue el más bajo desde 2014, cuando la tasa fue de 6,0%, según informes previos de la OIT.
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El organismo dijo que la tasa de desocupación promedio en los primeros tres trimestres de este año fue de un 6,5% y «al incluir los efectos estacionales propios del mercado laboral regional» la tasa de desocupación en todo el 2023 se estima que sería de un 6,3%, con un rango de entre 6,2% y 6,4%.
Pero una desaceleración económica podría determinar un alza de la tasa de desempleo el próximo año.
La OIT advirtió que según organismos como la Cepal y el FMI, se estima que la economía en la región crecería un 1,8% el próximo año, menor que el 2,2%/2,3% proyectado para este año y del 3,9% de expansión registrado en el 2022.
«Es esperable que ésta desaceleración tenga implicaciones negativas en los mercados laborales; y no sólo se trata de una mayor desocupación sino de una mayor informalidad laboral«, dijo Claudia Coenjaerts, directora de la OIT para América Latina y el Caribe, en una conferencia de prensa virtual.
En ese contexto el reporte de la OIT precisó que «es probable» que la tasa de desocupación regional para 2024 crezca respecto a este año, para ubicarse entre 6,5% y 6,8%.
La OIT dijo asimismo que en un escenario de ralentización económica con una menor tasa de inflación, la creación de empleo puede continuar, pero estaría sesgada hacia la generación de puestos informales, sin los beneficios de un empleo formal.
El reporte indicó que si bien la tasa de informalidad en el empleo regional bajó a 48% este año, un punto porcentual menos que en el 2019 antes de la pandemia, en la mitad de los países de la región analizados la tasa de informalidad es aún mayor al valor promedio, alcanzando, en algunos casos, el 70% o más.
«La pérdida de poder adquisitivo de los ingresos laborales hace que el fenómeno del trabajador pobre –que significa que las personas pueden vivir en pobreza aun teniendo un empleo– pueda seguir creciendo en la región», destacó la entidad regional.
Reuters