Muchos productores chinos están planteándose fabricar directamente en la Unión Europea (UE) o en Estados Unidos o ya han comenzado a hacerlo para evitar verse afectados por aranceles u otras trabas comerciales, según un reportaje publicado por el portal de noticias económicas Yicai.
Hasta ahora, las firmas chinas estaban invirtiendo en el sudeste asiático con este objetivo, pero los riesgos reaparecieron cuando el Departamento de Comercio estadounidense abrió una investigación para determinar si estas iniciativas estaban siendo usadas únicamente para evitar los aranceles.
Aunque Washington ha impulsado una moratoria de 24 meses a los aranceles para la importación de placas solares desde Vietnam, Tailandia, Malasia y Camboya, ejecutivos de empresas chinas del sector citados por Yicai apuntan que, si la UE o EE.UU. imponen medidas contra la competencia desleal o los subsidios estatales, lo más lógico sería invertir directamente en fabricar allí.
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Algunas compañías como Arctech Solar están probando a ceder sus patentes de marca y tecnologías a socios en EE.UU. que se encargan de la producción para evitar afrontar por ahora la gran inversión que necesitaría para poder aumentar rápidamente su presencia en el país.
Otras, como Longi Green Energy Technology o JA Solar Tech, ya han anunciado que construirán fábricas en Estados Unidos, mientras que Jinko Solar elevará la inversión en la fábrica que posee en Florida para poder aumentar la producción.
En el caso de Europa, Yicai recuerda que tan solo «un puñado» de empresas chinas han invertido en el sector de los paneles fotovoltaicos allí, y destaca el caso de la citada Longi, cuyo presidente aseguró en junio que erigirá una fábrica en Alemania.
Algunos de los ejecutivos citados apuntan a que los «ecosistemas industriales incompletos» lastran las posibilidades de inversión, especialmente en el caso de muchos países europeos.
«Construir fábricas en Alemania o cerca es la única opción viable si quieres tener presencia en Europa porque, en todo el continente, son los únicos lugares con una cadena industrial relativamente completa. Indudablemente, esta situación restringe el desarrollo de los negocios en Europa«, consideró uno de los directivos entrevistados.
Otro de ellos, el presidente ejecutivo de GCL System Integration Technology, Jiang Weipeng, apuntó a lo mucho que se puede tardar en abrir una fábrica en comparación con China: «Solo se tardan entre cinco y seis meses en abrir una fábrica en China, pero los tiempos son bastante diferentes en EE.UU. y la UE».
Según datos de la patronal nacional del sector, China produjo el año pasado el 86% del silicio policristalino, el 97% de las obleas de silicio, el 90% de las celdas de batería y el 85% de los paneles solares del mundo.
EFE