El Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM) arrancan este lunes sus reuniones anuales, que llegan en un tiempo convulso de conflictos internacionales, fragmentación, bajo crecimiento y deuda elevada, en el que es más necesario que nunca que los gobiernos actúen para que las previsiones mejoren.
Así lo afirmaron hace unos días los líderes de ambas instituciones de Bretton Woods, Kristalina Georgieva y Ajay Banga.
En su tradicional discurso previo a estas reuniones, la directora gerente del FMI alertó el jueves del «futuro difícil» por el bajo crecimiento y la elevada deuda y urgió a los gobiernos a trabajar para reducirla y a «reconstruir los amortiguadores para el próximo shock, que seguramente llegará», tal vez antes de lo esperado.
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Desde hoy y hasta el viernes, en las sedes de ambas instituciones se celebrarán ponencias y reuniones de alto nivel donde participarán ministros, presidentes de bancos centrales y otras autoridades económicas, quienes dialogarán sobre el estado de la economía mundial y los retos futuros, reseñó EFE.
El FMI presentará además varios informes económicos. Entre ellos, el martes publicará la actualización de sus perspectivas económicas globales (el reporte WEO, por sus siglas en inglés).
Georgieva adelantó que se verá que «China se está desacelerando», que «la India y otras partes de Asia se están acelerando» y que a Estados Unidos le está yendo «bastante bien, mientras que Europa puede hacerlo mejor».
Según las últimas previsiones publicadas en julio, la economía global crecerá el 3,2 % este año y el 3,3 % el que viene, niveles pobres que se mantendrán a medio plazo.
Y es que, según Georgieva, pese a que se ha logrado superar la crisis inflacionaria global sin entrar en una recesión, hay poco que celebrar.
«No esperen fiestas de la victoria la semana que viene», afirmó la economista búlgara, quien expresó su deseo de que los formuladores de políticas se vayan de Washington «tan asustados» como para ponerse «a trabajar a toda marcha».
Con información de EFE.