La tasa de inflación interanual cayó seis décimas en junio en la eurozona, hasta el 5,5%, y se redujo siete décimas en el conjunto de la Unión Europea, hasta el 6,4%, en ambos casos su nivel más bajo desde el inicio de la guerra en Ucrania en febrero del año pasado, según los datos revisados publicados este miércoles por Eurostat.
La tasa encadena así ocho meses de descensos desde los máximos alcanzados el pasado octubre en ambas zonas, del 10,6% en el área del euro y del 11,5% en los Veintisiete, y se sitúa por debajo del 5,9% y del 6,2% registrados, respectivamente, al cierre de febrero de 2022.
Sin embargo, la tasa de inflación subyacente en la eurozona, que excluye el efecto de energía, alimentos, alcohol y tabaco por ser los más volátiles y sirve como referencia para el Banco Central Europeo (BCE) a la hora de fijar su política monetaria, subió dos décimas en junio, hasta el 5,5%.
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El incremento de la inflación subyacente, una décima superior al anticipado por Eurostat en su estimación preliminar, da argumentos a Fráncfort para seguir subiendo las tasas de interés, que en once meses han pasado del cero al 4% con el fin de contener un aumento de precios que afecta de manera desigual a los socios comunitarios.
España registró en junio la segunda tasa de inflación más baja de la UE tras reducirla en 1,3 puntos porcentuales, hasta el 1,6%, la misma cota anotada en Bélgica y solo por encima de Luxemburgo (1,0%).
Salvo en Alemania, donde la tasa subió cinco décimas hasta el 6,8%, el aumento de precios se moderó en todas las grandes potencias económicas de la UE: en Francia cayó siete décimas, hasta el 5,3%, en Italia se redujo 1,3 puntos porcentuales, hasta el 6,7%; y en Países Bajos cedió tres décimas, al 6,4%.
Por el contrario, los niveles más altos de inflación se registraron en Hungría (19,9%), Eslovaquia (11,3%) y República Checa (11,2%), de acuerdo con el Índice Armonizado de Precios de Consumo publicado por la oficina de estadística comunitaria.
En junio, el principal factor detrás del aumento de precios en la eurozona fueron los alimentos, alcohol y tabaco, que aportaron 2,35 puntos porcentuales a la tasa pese a que moderaron su inflación en junio hasta el 11,6%, nueve décimas menos que en mayo.
En una magnitud similar contribuyeron los precios de los servicios (2,31 puntos), que aumentaron cuatro décimas interanualmente, hasta el 5,4%, y en menor medida lo hicieron los precios de los bienes energéticos no industriales (1,42 puntos), cuya tasa de inflación cedió tres décimas con respecto al mes previo, hasta el 5,5%.
Los precios de la energía, por el contrario, aceleraron su caída en junio hasta el 5,6%, con respecto al descenso del 1,8% que habían registrado ya en mayo, con lo que contribuyeron ligeramente a mitigar la tasa de inflación en la eurozona restándole 0,57 puntos porcentuales.
En este contexto, tanto la Comisión Europea como el BCE insisten en pedir a los Gobiernos de la eurozona que complementen con su política fiscal los esfuerzos de Fráncfort para contener la todavía alta inflación y evitar así un aumento aún más agresivo de las tasas.
La semana pasada, los ministros de Economía y Finanzas de la eurozona (Eurogrupo) reiteraron su compromiso de actuar en esta línea, en particular retirando las medidas de apoyo público por la crisis energética provocada por la guerra en Ucrania y adoptando políticas presupuestarias restrictivas tras casi cuatro años de expansión del gasto público, primero por la pandemia y después por el conflicto.
EFE