El Banco Mundial insta a la acción por la igualdad de género en la minería artesanal y en pequeña escala

Banco Mundial
Foto: referencial

Las mujeres representan alrededor de un tercio de la fuerza laboral en la minería artesanal y en pequeña escala, que suministra minerales esenciales para las tecnologías modernas y la transición energética global. Pero la discriminación de género, consagrada en las leyes mineras, y el desinterés por la salud, la seguridad y la protección social limitan los derechos y las oportunidades económicas de las mujeres que se desempeñan en este sector. Esto es lo que revela un nuevo informe del Banco Mundial.

Lanzado hoy en la conferencia anual Mining Indaba, el informe Estado del sector de la minería artesanal y en pequeña escala 2023, que resulta de una colaboración con la organización de desarrollo internacional PACT, detalla las desigualdades de género en la minería artesanal y en pequeña escala (MAPE) y subraya acciones en pos de la igualdad de género y la promoción de la participación de las mujeres. El estudio revisa leyes mineras en 21 países de África Subsahariana, Asia oriental y el Pacífico y América Latina y se nutre de datos provenientes de 1900 participantes, que aportan visiones únicas sobre las barreras profundamente asentadas que las mujeres enfrentan para su plena participación en actividades de MAPE y oportunidades en pos de la igualdad de género.

«Las mujeres en la minería artesanal y en pequeña escala enfrentan dificultades formidables que exigen una acción urgente para asegurar que estén a salvo y puedan prosperar en la mina y en el hogar —dijo Demetrios Papathanasiou, director global de Energía y Sectores Extractivos del Banco Mundial—. Nos complace presentar este informe pionero que ofrece soluciones concretas para crear una minería más inclusiva y equitativa que beneficie a las mujeres y a todas las personas«.

El documento aboga por legislaciones con sensibilidad de género para proteger los derechos de las mujeres mineras y construir un sector más sostenible. Esto incluye mejorar los códigos mineros —que suelen carecer de disposiciones para aumentar la participación de las mujeres— y reformar las leyes de propiedad y los acuerdos de tenencia de la tierra discriminatorios que obstaculizan que las mujeres sean dueñas de tierras y accedan a recursos mineros para la minería artesanal y en pequeña escala.

Las malas condiciones laborales, las medidas sanitarias y la violencia, así como el trabajo doméstico, también afectan en forma desproporcionada la salud y los ingresos de las mujeres en la minería artesanal y en pequeña escala, al relegarlas a roles menos remunerados y a exponerlas a 90 veces más riesgo de muerte que a los hombres. La salud, las condiciones laborales y la seguridad de las mujeres han recibido escasa atención debido a la percepción de la industria minera como un sector predominantemente masculino. El informe insta a las legislaturas a abordar los diferentes peligros que las mujeres enfrentan, para mejorar su salud y seguridad ocupacional en entornos mineros. El estudio también subraya la necesidad de empoderar más a las asociaciones de mujeres y agrupaciones profesionales liderados por mujeres, que han sido fundamentales para aumentar la visibilidad de las mujeres en la minería artesanal y en pequeña escala y para promover reformas con perspectivas de género en el sector.

El empoderamiento y la participación igualitaria de las mujeres en la minería es algo que se debe hacer, y allanaremos el camino para comunidades más justas y prósperas en el futuro —digo Rachel Perks, especialista senior en minería del Banco Mundial y coautora del informe—. Es crucial crear un entorno en el cual las mujeres mineras artesanas y en pequeña escala puedan ser oídas y gocen de sus derechos sin discriminación”.

Sobre la minería artesanal y en pequeña escala

La minería artesanal y en pequeña escala (MAPE) tiene un papel fundamental en la industria minera global. Emplea a aproximadamente 45 millones de personas en 80 países, la fuerza laboral minera más grande en el mundo. Este sector contribuye significativamente al sustento y el crecimiento económico, y es la fuente principal de empleo para millones de individuos. Sin embargo, el Banco Mundial calcula que entre el 80% y el 90% de quienes operan en la MAPE lo hacen de manera informal sin las licencias y los permisos exigidos por las leyes y con prácticas precarias. Uno de los aportes clave de la MAPE es el suministro de varios minerales esenciales para tecnologías modernas como las de comunicación, las de energía bajas en carbono y limpia y la producción de joyas. Se calcula que la MAPE provee entre el 18% y el 30% del cobalto del mundo, esencial para motorizar el pasaje global hacia la energía limpia.

Las mujeres tienen un papel importante en la MAPE, ya que constituyen entre un tercio y un cuarto de toda su fuerza laboral. Sin embargo, las acciones llevadas a cabo durante los últimos 40 años para formalizar la MAPE no han tenido demasiado impacto. Urge una mayor intervención y apoyo a las mejoras de las condiciones laborales en la MAPE, con especial foco en las mujeres mineras.

El Banco Mundial ha sido un aliado importante en la formalización de la MAPE desde finales de la década de 1970. Durante cuatro décadas, el Banco Mundial ha financiado la formalización de la MAPE, a través de préstamos, subvenciones y trabajo analítico en 31 países. Durante ese período, también lideró importante iniciativas globales en el sector de la MAPE y actuó como interlocutor y asesor en varias iniciativas internacionales en el área. A través del Fondo Fiduciario de Donantes Múltiples para un Apoyo Programático Global a las Industrias Extractivas, el Banco Mundial está comprometido a promover la igualdad de género en el sector extractivo y sigue apoyando a los gobiernos en la elaboración y la adopción de políticas, así como también en las acciones para transversalizar la igualdad de género en el sector extractivo.

 

Fuente: Comunicado de prensa