José Grasso Vecchio. – Cuando se trata de aprender técnicas para mejorar nuestras finanzas personales y familiares, la mayoría de nosotros nos enfocamos en conocer cómo utilizar los instrumentos de ahorro y de crédito, elaboración de balances, programación financiera, seguros, retiro, y muchos otros. Pero casi siempre olvidamos una serie de aspectos que, en sentido estricto, no tienen que ver con nuestro desempeño económico, pero que resultan tremendamente influyentes para que, en el mediano y largo plazo, tengamos una vida plenamente satisfecha en el plano personal y, por extensión, en nuestros logros financieros.
Lo cierto es que en muchas de las decisiones que tomamos a lo largo de nuestras vidas, los modelos de conducta y los estilos de vida que decidimos llevar, terminan por ejercer una influencia determinante en nuestro desempeño económico. En ocasiones, algo que consideramos tan personal como nuestros gustos y aficiones, pueden llegar a hacer la diferencia entre una vida económicamente próspera y otra llena de aprietos y dificultades. Los siguientes son algunos de los consejos “no financieros” que los analistas han aprendido a vincular directamente con el éxito o el fracaso económico de las personas.
- Dedíquese a lo que más le gusta. Las famosas frases “mi trabajo es mi hobby”, o “me pagan por hacer lo que más disfruto” son indicativas no sólo de satisfacción personal, sino en muchas ocasiones de buena remuneración y progreso económico, porque quienes disfrutan su trabajo rinden mucho mejor y son más productivos que quienes lo consideran una carga o una obligación indeseable. En este aspecto, influye también el proceso educativo y la buena orientación vocacional, de manera que cada quien progrese, desde etapas tempranas de la vida, hacia la actividad productiva en la que se sienta mejor y más identificado. ¿Quién no conoce personalmente una historia de alguien que abandonó la carrera de administración para dedicarse a la música, con muchos mejores resultados? O el que se graduó de ingeniero para luego montar un negocio exitoso en otra área. Se suele recurrir siempre a la historia de los famosos Bill Gates y Steve Jobs, dos de los hombres más ricos del mundo. Ambos abandonaron los estudios universitarios cuando tuvieron perfectamente claro lo que querían hacer en el, por entonces, floreciente mundo de la computación personal. La moraleja no es abandonar los estudios, sino tener lo más claro posible qué es lo que se desea hacer, tanto en la esfera personal como en la de la productividad.
- Procure ser el mejor en lo que hace. No todo el mundo consigue dedicarse exactamente a aquello que deseaba o soñaba. Pero cuando no es así, la motivación por hacer bien nuestro trabajo suele marcar la diferencia entre quienes obtienen resultados óptimos y quienes sólo consiguen un desempeño estándar. El trabajo bien hecho, como todos hemos experimentado, produce una sensación de satisfacción que es imposible de expresar en términos de dinero, pero además es el camino más seguro hacia el ascenso y la prosperidad económica.
- No intente exceder sus propios límites. Una de las conductas económicas más destructivas es perseguir a toda costa estilos de vida que exceden nuestras capacidades actuales, o tratar de aparentar que disfrutamos de una mejor situación económica que la real. No hagamos, uso abusivo del crédito, por ejemplo; puede conducirnos a una peligrosa trampa que termine en la bancarrota. Una forma de evitar este tipo errores es aprender a apreciar y disfrutar del propio estilo de vida, que seguramente ofrece muchas posibilidades de realización sin tener que recurrir a la ostentación ni al lujo.
- No se dé por vencido a la primera. Pregúntele a todos quienes usted considere exitosos profesionales, empresarios u hombres de negocios. Seguramente todos le contarán una larga historia de tropiezos, fracasos y contrariedades, antes de haber alcanzado el primer gran logro. Lo importante es no sentirse decepcionado porque el éxito no aparezca desde el principio. La constancia es el factor decisivo entre quienes salen adelante y quienes abandonan antes de tiempo.
- No confíe en la suerte. A la prosperidad no se llega por casualidad, y tampoco apostando a juegos de azar, tan abundantes y extendidos hoy en día. Por más que haya escuchado historias de primera mano, acerca de alguien a quien le tocó el premio de la lotería, no se confíe. El número de ricos gracias a las apuestas, el casino o los sorteos multimillonarios está perfectamente contabilizado en todas las sociedades, y es infinitamente menor a lo que cabría pensar. Por si esto fuera poco, la proporción de ganadores de lotería que terminan rápidamente arruinados, es espeluznante. La suerte existe, y es un factor determinante en casi todas las facetas de la vida. Pero más importante que esperar a que algún día aparezca de repente, es aprender a trabajar aprovechando cada momento para alcanzar las metas que nos hemos trazado. Así, si llegara a aparecer la buena fortuna, ya tendría la mayor parte del trabajo hecho.
- Concédale a la educación la mayor prioridad. Haga los mayores esfuerzos en este apartado, la educación es seguramente la inversión a largo plazo menos tangible (porque es imposible calcular con exactitud el retorno que de ella se deriva), pero es la más valiosa y productiva de todas. Y esto no se refiere únicamente al colegio, la educación técnica, la universidad o los posgrados. La educación incluye también los idiomas que deseamos aprender, aunque no estén incluidos en el programa de estudios obligatorios; las habilidades por las que sintamos atracción, desde la música hasta el deporte o los trabajos manuales; las lecturas que hacemos por iniciativa propia y todo lo que nos exponga a una mayor interacción con la sociedad como espacio de cultura e intercambio. En este apartado, coloco otros temas fundamentales en los que ahorrar o escatimar lo necesario le puede traer graves problemas, me refiero a la salud, medicinas, buscar una alimentación sana y una rutina de ejercicios, que lo ayudará a controlar el stress y a mantenerse más saludable. El costo de la salud en general y de los medicamentos impacta cualquier bolsillo, por lo que el cuidado de la misma es de suma importancia.
El crédito inteligente
El crédito se ha convertido, en los días que corren, en un instrumento financiero ampliamente disponible. Muchos recurrimos a esta modalidad de pago diariamente, a veces sin siquiera darnos cuenta. Por eso utilizar el crédito de la manera más inteligente posible es un factor clave para optimizar nuestras finanzas personales y familiares. De la forma como utilicemos las diferentes herramientas crediticias dependerá que paguemos más o menos, y obtengamos el mayor beneficio posible de los productos o servicios que adquirimos a crédito.
Como sabemos, el crédito no es otra cosa que una suma de fondos que no tenemos disponible actualmente en nuestro patrimonio, y que una institución financiera acredita en nuestra cuenta, para que sea devuelta en determinados plazos y a cambio de una tasa de interés. Este es el principio que rige en todos los préstamos, desde la hipoteca a la que recurrimos para adquirir nuestra vivienda u otros inmuebles, hasta el pequeño adelanto de efectivo que le pedimos a nuestra tarjeta de crédito.
Para utilizar el crédito de manera inteligente debemos familiarizarnos y estar atentos a lo que ocurre en el mercado con aspectos tales como las tasas de interés pasivas y activas. Algunos aspectos claves para utilizar distintas modalidades de crédito de manera óptima son las siguientes:
- Nunca recurra a prestamistas informales o no institucionales. Estos agentes probablemente le ofrecerán acceso al dinero de manera rápida y sin demasiadas complicaciones, pero le cobrarán tasas de interés tan elevadas, y mediante cláusulas tan desfavorables, que usted terminará perdiendo dinero.
- Si requiere un crédito pequeño, como los que suelen ofrecer los prestamistas informales, recuerde que en la actualidad existe suficiente oferta de microcréditos por parte de instituciones bancarias formales, y que hay bancos especializados precisamente en este tipo de préstamos.
- En el caso de algunos bienes durables, como automóviles y electrodomésticos, las compras a crédito suelen ser incluso más recomendables que las compras en efectivo.
- Infórmese sobre las tasas adicionales y otras penalidades en las que podría incurrir si llegara a incurrir en mora. Esto debe evitarse a toda costa, porque los intereses moratorios suelen ser especialmente costosos.
- Averigüe si el crédito que piensa contratar le permite realizar abonos a capital antes de que se cumplan los plazos. Si está en posibilidad de abonar por adelantado, se ahorrará montos importantes por intereses.
- Siempre debe informarse sobre las condiciones del crédito y si están sujetas a cambios.
- El crédito más común de todos, el que nos facilitan nuestras tarjetas de crédito, debe utilizarse con sentido común. La regla de oro es no adquirir con estas tarjetas bienes o servicios que forman parte de nuestro gasto corriente, o artículos que ya hayamos consumido cuando llegue el momento de pagar la tarjeta, como los alimentos. No pague las tarjetas de crédito a última hora, permita un margen de al menos cinco días hábiles para que se hagan efectivos tales pagos. De lo contrario, las políticas de cada institución podrían hacerle incurrir en un costoso retraso y castigarle con intereses moratorios.
Recomendaciones de interés
La hiperinflación es una novedad para nosotros y por lo tanto, debemos aprender prepararnos y convivir con ella mientras pasa. La crisis pueden llegar a ser más fuerte y larga de lo que pensamos y por lo tanto, debemos prepararnos para manejar de manera eficiente nuestras finanzas personales y familiares. Las experiencias de países que han sido golpeados duramente por la inflación, apuntan a que siempre es mejor comprar hoy que mañana, las experiencias del cono sur, es que las personas acudían a hacer sus compras de manera rápida al cobrar sus quincenas, ya que dejar una compra de viernes para lunes, puede suponer un aumento de precio. Compra cosas que necesites, adquiere en la medida de lo posible alimentos no perecederos de inmediato, revisa las fechas de vencimiento de un alimento o de un medicamento, es decir, debes convertirte en un buen comprador, un buen consumidor.
No es un buen momento para vender una casa, un vehículo o un apartamento, los precios están más bajos. Pienso que en el corto plazo, esos precios se incrementarán y tendrás mejores oportunidades de venta. En estos momentos , el mercado favorece por ejemplo en materia inmobiliaria al comprador y no al vendedor.
Si te ves en la necesidad de vender un activo, vende aquellos que te generan un mayor costo de mantenimiento. Sin duda, vende cosas viejas o que no usas y que estén en buen estado y a la vez, a la hora de comprar nunca descartes ver cosas usados donde puedas conseguir un mejor precio. Ese mercado de segunda mano, cobra importancia.
Siempre recomendé y creo que cobra más importancia la buena costumbre de buscar varias opciones y precios antes de comprar, evidentemente, con la prisa del caso para que no te suban los precios, pero no compres sin consultar opciones. Por cierto, en momentos en que los precios van variando, a veces es posible conseguir algo a precio viejo.
En la medida de lo que se puede, controle sus gastos y busque incrementar sus ingresos. Maneje un presupuesto que le permita controlar sus ingresos y en especial sus gastos y podrá ver en que gasta y asegurar que los ingresos le alcancen. Sin duda con inflación es muy válido el consejo de que siempre es mejor comprar hoy que mañana.
Endéudate en las medidas de tus posibilidades ya que tener préstamos con lo atractivo de las tasas de interés, es una gran oportunidad.
Como ya señalamos, lleva un estricto control de tus gastos y elimina los innecesarios.
Monetiza tu tiempo libre, esto es, busca oportunidades de trabajos adicionales, aquella célebre frase de matar un tigre, referida a oportunidades de ingresos cobra un gran valor y esto por ejemplo, lo puedes hacer en la web y si consiguen producir alguna divisa vale la pena.
Son muchas otras las recomendaciones que podemos darte y por espacio y tiempo, lo haremos la próxima semana.