Tras una de las recuperaciones más sólidas entre los países que componen la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) tras la recesión provocada por el COVID-19, la actividad económica de Colombia se ha desacelerado.
Si bien la gestión eficaz de las políticas fiscales y monetarias fue clave para impulsar la recuperación, se necesita una agenda de reformas integral para mejorar el crecimiento a largo plazo, según el último Estudio Económico de la OCDE sobre Colombia.
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La investigación destaca la necesidad de una política fiscal prudente y de impulsar la inversión para liberar el potencial económico del país. Se espera que el crecimiento económico sea del 1,8% en 2024, después del 0,6% en 2023, lo que refleja los efectos persistentes de la alta inflación, las políticas macroeconómicas restrictivas y el modesto crecimiento mundial.
La OCDE proyecta que el crecimiento del PIB aumentará al 2,8% en 2025 a medida que se afiancen los efectos de la flexibilización de las políticas y la mejora de las condiciones económicas mundiales. Sin embargo, se espera que la inversión siga siendo débil.
Se estima que el potencial de crecimiento de Colombia está por debajo del 3%, por lo que es esencial aumentar la inversión y el crecimiento de la productividad, ambos clave para seguir convergiendo con otros países de la OCDE, señala una nota publicada en el portal web de la organización internacional.
Revitalizar la inversión
“Colombia necesita revitalizar la inversión para impulsar la productividad y liberar su potencial de crecimiento sólido y sostenible”, afirmó el economista jefe de la OCDE, Álvaro Santos Pereira , al presentar el estudio en Bogotá junto con el ministro de Hacienda y Crédito Público de Colombia, Ricardo Bonilla.
“Colombia tiene muchas ventajas: su ubicación geográfica, su riqueza natural, una población joven y un fuerte potencial de energía renovable. Ahora es el momento de implementar una agenda de reformas amplia y ambiciosa para mejorar el crecimiento y la igualdad de oportunidades”.
La reducción de la informalidad empresarial y de las barreras regulatorias podría impulsar la inversión privada y mejorar el potencial de crecimiento de Colombia. Para ello se requieren reformas integrales, que incluyan la reducción de la tasa impositiva corporativa, la facilitación del acceso a créditos asequibles y el fomento de un entorno de políticas estable y predecible, recomendó la OCDE.
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