Reformas laborales en México aumentan presión sobre empresas y alimentan la informalidad

Trabajo remoto América Latina.
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Las nuevas reformas laborales en México, que buscan garantizar mejores condiciones para los trabajadores, están poniendo contra las cuerdas a miles de empresas formales, especialmente a las micro, pequeñas y medianas (MiPymes). Así lo advirtió la Confederación de Cámaras Nacionales de Comercio, Servicios y Turismo (Concanaco Servytur), que considera que estas medidas podrían disparar aún más los niveles de informalidad en el país.

La llamada “primavera laboral” incluye cambios como la reducción de la jornada semanal de 48 a 40 horas, vacaciones dignas, licencias extendidas y otras mejoras. Aunque con buena intención, estas políticas están generando un efecto contrario al esperado, advierte Octavio de la Torre, presidente de la Concanaco.

“En lo ideológico suena bien, pero en la práctica está llevando al límite a los negocios formales, sobre todo a los familiares”, afirmó.

El costo de reducir la jornada laboral

Según datos del gremio, reducir la jornada laboral podría costar hasta 65.793 pesos al año por trabajador a una microempresa. Para muchos, eso representa la diferencia entre mantenerse a flote o cerrar.

Un estudio realizado entre 1.200 empresas muestra que:

  • 67 % rechaza la reducción de jornada sin ajuste salarial
  • 71 % prevé un alza de costos
  • 64 % dice que no puede asumir el cambio
  • Y casi 59 % teme no poder mantener sus niveles de atención

“El problema no es el fondo, sino la forma”, señala De la Torre. Las reformas —asegura— se diseñan sin diálogo real con los que mantienen viva la economía nacional.

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Mientras tanto, el sector informal —que no paga impuestos ni enfrenta obligaciones laborales— sigue creciendo sin freno. “Ser formal es caro. Y mantenerse en la formalidad, más aún”, sentencia.

Para revertir esta tendencia, Concanaco propone deducción total de la nómina, incentivos fiscales y tecnológicos para la formalización, además de una aplicación gradual y diferenciada de las reformas según el tamaño, giro y región de cada empresa.

“Se necesita una cruzada nacional por la competitividad”, concluye De la Torre, advirtiendo que sin acuerdos reales entre gobierno, empresas y trabajadores, lo que hoy se llama avance laboral podría terminar siendo un retroceso económico.

Con información de EFE